Ayer martes, 12 de noviembre, día de los santos Homobono y Quinciano y del beato Juan Gonga, se vivía en la Gran Canaria profunda un antes y un después de la autovía del Sur. Esta importantísima arteria insular, que vivió su expansión a partir del boom turístico de los 60, recibirá en los próximos meses, agárrense al café con leche, ¡un plan de embellecimiento!, sí, sí, como lo están leyendo, plan-de-embellecimiento. Si no pueden asimilar el concepto aguanto dos párrafos para que cojan resuello.

Seguimos. Esto quiere decir que durante medio siglo la vía que une al resto del planeta con el sur grancanario, destino de millones de visitantes, ha permanecido desmejorada vaya usted a saber por qué. Pero esto se acabó, amigos, gracias a esta inversión de embellecimiento que les digo, un hito desde el descubrimiento del asfalto. Es por ello que en la presentación de esta fascinante iniciativa se personó en su persona de él el presidente del Cabildo de Gran Canaria, once consejeros completos de la ocurrente institución, dos coordinadores generales de la propia corporación, un viaje de cinco alcaldes, una delegada entera de Gobierno y otro exalcalde, este último un tal Paco que actuaba de suplente por si alguno en ejercicio le daba un destuerzo de emoción.

Decirles que era más la gente de corbata que la que andaba con el sacho propiamente dicha, ya que en este escrache hay que añadir chóferes, asesores del asesor, traductores e intérpretes, porta iPads, sherpas y varios jareadores de calamar. No obstante, también hubo que lamentar ausencias, como la búlgara Irina Bokova, directora de la Unesco; Ilham Aliyev, presidente de Azerbaiyán, que no pudo asistir por presentar su propio plan de embellecimiento en Azerbaiyán; y el alcalde de Mogán, quien prefirió perder su tiempo trabajando en un pleno. Esto requirió de una veintena de potentes fotingos cuyas emisiones fueron detectadas por el Fos-Sat, de la NASA, y TuboScape LAB, de la Agencia Espacial Europea. El presidente, consciente de este gasto tan locomotivo, defendió allí mismo el nuevo incremento del impuesto de combustibles. ¡Viva Honduras!