Mayor integración o defensa de la nación y proteccionismo frente a los desafíos de la globalización?

Dos conocidos intelectuales, el sociólogo alemán de orientación socialdemócrata Ulrich Beck y el filósofo francés Alain Finkielkraut, muy criticado últimamente desde la izquierda por sus posiciones nacionalistas, protagonizan en el último número del semanario alemán Die Zeit un interesante debate en el que se enfrentan ambas posiciones en torno al futuro de Europa.

Para Finkielkraut, hijo de supervivientes de los campos de concentración nazis, sólo la nación es capaz de garantizar la democracia frente a unas instituciones europeas burocráticas en las que los ciudadanos "ya no se reconocen".

Beck admite que falta hoy "conciencia europea", pero atribuye esa carencia, entre otras cosas, a que hay intelectuales como Finkielkraut que "sólo piensan en un marco nacional".

Para el sociólogo alemán, las naciones europeas están, sin embargo, expuestas a las mismas oportunidades e idénticos desafíos: comunicación por internet, cambio climático, crisis del euro y riesgos para la libertad derivados del mundo digital.

Frente a la Europa posnacional y cosmopolita que defiende Beck, Finkielkraut critica el que se trate de privar a la nación de todos sus privilegios como si ésa fuese "culpable de la crisis y hubiera que debilitarla".

Para el filósofo francés, el problema es que los europeos -y sobre todo los alemanes- parecen "traumatizados por Hitler" cuando lo cierto es que éste "despreciaba las naciones, a las que trató de sustituir por la raza, y, sin embargo, hoy es como si las naciones tuviesen que expiar" la monstruosidad nacionalsocialista.

Finkielkraut, que está pensando sobre todo en Francia y la inmigración musulmana, ve como una de las causas de la desazón europea y como explicación del auge de los partidos extremistas la renuncia a integrar a los extranjeros en la cultura del país de acogida.

Esa dejación tiene, según él, consecuencias "catastróficas: lejos de llevar a un pluralismo armónico, conduce a sociedades paralelas y lleva a la violencia".

Por su parte, Beck reconoce que la "cosmopolitización" no genera automáticamente "ciudadanos del mundo", sino que atiza a veces "un odio destructivo hacia las élites liberales" y no sólo hacia los musulmanes y demás inmigrantes porque desde la derecha y a veces también desde la izquierda se culpa a esas élites del "demonio europeo".

En opinión de Finkielkraut, si se quiere que en Francia las clases medias no voten a partidos extremistas, "Europa debe dejar de estar al servicio del capitalismo globalizado".

Finkielkraut se declara por ello partidario del proteccionismo europeo y contrario a la firma del tratado de libre comercio con Estados Unidos, algo en lo que curiosamente coincide Beck, para quien ese tratado "radicalizaría la Europa neoliberal, la Europa de los mercados".

Pero, argumenta al mismo tiempo el sociólogo alemán, "se trata de convencer a los perdedores de la globalización, a las clases medias que ven amenazada su existencia, de que la crisis no la han traído las élites nacionales ni los inmigrantes ni se debe a la orientación cosmopolita (de Europa), sino que es producto de determinadas estructuras capitalistas".

"La neoliberalización de Europa es parte de un proceso global originado en Estados Unidos y que consiste en la imposición del estilo de vida americano no sólo en Europa, sino también en Europa y Asia", explica Beck.

Para Finkielkraut, si Europa "quiere superar su crisis de convivencia, debe volver a ser consciente de su propia identidad. Algo que no está en nuestros genes, sino en las grandes obras, en los documentos, en los paisajes, en la cultura. Europa debe proteger esta cultura y transmitirla".

Por el contrario, Beck niega que el proteccionismo nacionalista que defiende Finkielkraut sea la respuesta adecuada, lo que no le impide preguntarse "cómo es posible que con el masivo desempleo juvenil que hay en Europa, se dedique la ridícula suma de 6.000 millones de euros a combatirlo mientras en el rescate de los bancos se emplearon 700.000 millones".