Repasando las memorias anuales de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, en relación con el tráfico pesquero por el puerto de La Luz, nos encontramos con hechos estadísticos que miden la importancia que tuvo esta actividad para nuestro recinto que se consideraba en otros tiempos como el centro mundial de la contratación de pesca, al estar aquí representadas las principales compañías del globo que se dedicaban a la comercialización de las capturas.

Así si nos remontamos al año 1982, ahora hace 32 años, al puerto de La Luz llegaban un total de 5.211 pesqueros, de ellos 2.820 españoles y 2.391 extranjeros pertenecientes a 44 países descargando 352.000 toneladas de pesca. En el pasado año arribaron al puerto de Las Palmas solo 391 barcos entre extranjeros y nacionales que dejaron 237.331 toneladas de pesca congelada y que supuso una caída del 22% en relación con el año 2012.

Pero no podemos olvidar que hace 13 años, en 2001, el puerto de La Luz logró un récord en la manipulación de capturas con 624.000 toneladas de pesca congelada aportada por casi 2.000 barcos de esta actividad y ahora solo estamos en las 237.331 toneladas manipuladas el pasado ejercicio. A la vista de estas cifras está claro que Gran Canaria ha perdido su hegemonía en este campo en favor principalmente de los países que tienen caladero propio, caso de Marruecos y Mauritania, que tratan de amarrar en sus convenios con la UE que se concentre la actividad en sus recintos, quedando el puerto de Las Palmas de convidado de piedra, aunque sus agentes traten de luchar para salvar parte del descalabro que se venía venir desde hace tiempo. Ahora bien, siempre la última palabra la tiene el armador y este tiene el temor que si se retira a descargar al puerto de La Luz por un tiempo determinado, en el futuro puede recibir represalias que no le hagan cómoda la estancia en el caladero. Y ante la duda, hay que estar del lado del dueño de la pesca.