E ste periódico ofrece hoy sin coste adicional alguno la trepidante información sobre el dramático suceso que tendrá lugar el próximo 21 de marzo en la ciudad de Telde, día en el que a partir de las nueve de la noche se inicia su concurso de murgas, evento que probablemente transgreda la Convención de Ginebra, la Declaración Universal de los Derechos Humanos firmada el 10 de diciembre de 1948, y algún que otro principio básico de la psiquiatría. Y es que dura seis horas. Sí. Seis.

También es cierto en su descargo que El anillo de lo Nibelungos se extiende unas catorce horas y media, pero resulta que tampoco estamos ante Richard Wagner, sino fatalmente expuestos a una temática más de concejaaaaal y mi local sociaaaaaal, de muy graves consecuencias para lo que es la cachimba y su capacidad de almacenamiento.

La zona cero de esta Transmurgaria Grancanaria estará ubicada en el auditorio José Vélez, a pesar de que el prohombre y cantante teldense ya advirtiera con gran capacidad premonitoria en uno de sus afamados cánticos que No por favor, y reiterara el aviso de hecatombe en otro de sus temas titulado Procuro olvidarte.

Pero ello ni con Vino griego hay quién lo arregle, inglés, máxime cuando este auditorio en concreto, inaugurado en 1999, no cuenta con una Declaración de Impacto Antimurga previa que garantice la estabilidad del inmueble.

El asunto murguero hace años que se salió de madre. También ocurrió recién en la capital, con sesiones de nueve a cuatro de la madrugada. Y es que al grito de este es mi carnavaaaaaá, no damos marcha atraaaaaá, este fascinante colectivo ha ido tomando los escenarios como si les fuera la vida en ello, mientras la vida de los espectadores va languideciendo.

Hay miembros del jurado que, iniciado el espectáculo de jóvenes han pedido plaza en el geriátrico antes de llegar a la penúltima murga, y si esto no se remedia aunque sea con el nuevo régimen de las administraciones locales llegará un día en el que empiece un concurso un año y empate con el siguiente, con el consecuente gasto de luz que ello conlleva.