Esta mañana desperté como tantas otras llena de frustración y sin encontrar respuestas de nadie. A ratos me siento sola ante una realidad que nos aplasta y que algunos aún no logran ver...me desespera no saber qué hacemos con enterarnos de que liberan a los delincuentes más peligrosos de nuestras cárceles, los arman, los introducen en ambulancias, piden paso en las barricadas para poder acceder a los refugios de los manifestantes, bajo el disfraz de una emergencia médica y cual caballo de Troya, una vez dentro masacran vil y cobardemente a varios de los valientes chicos que ahí se mantienen haciendo vigilias como forma de protesta. ¿Qué hacemos al escuchar a la señora que ostenta el cargo de Defensora del Pueblo decir, que la tortura a los estudiantes detenidos está justificada para obtener informacion? ¿Qué hacemos ante un ministro de Educación que dice que los pobres nunca podrán ser clase media porque se convertirían en escuálidos -término despectivo que utiliza el gobierno para los opositores-? ¿Qué hacer ante la Fiscal General que dice preocuparse porque no queden impunes los 21 muertos que van en las manifestaciones buscando razones para inculpar de tales hechos a los líderes de la oposición, mas no dice nada de los 25.000 que solo murieron el año pasado en manos del hampa y no se ha hecho justicia con mas del 90% de los casos? ¿Qué hacemos cuando vemos en un desfile oficial marchar vergonzosamente a las guerrillas urbanas, armadas y organizadas por el gobierno con el dinero de todos los venezolanos? ¿Qué hacer cuando nuestros militares marchan junto a esos criminales y gritan con furia que son un ejército chavista y socialista, y entonces dónde está el Ejército Venezolano? ¿Qué hacemos ante la represión, ante la tortura, ante la amenaza de nuestro presidente de sacar a los ´colectivos´ (guerrillas urbanas) a defender la revolución? ¿Quién nos defiende a nosotros? ¿La OEA? ¿La comisión internacional de DDHH? ¿Los presidentes de otras naciones hermanas? ¿Esos no son los mismos que han permitido la matanza de miles de sirios o la invasión rusa en Ucrania, entre otras atrocidades a nivel mundial? ¿Qué hacer con nuestro propio pueblo indiferente que por miedo, interés o ignorancia se resiste a participar en esta lucha y se mantiene fuera, como si lo que hoy nos hacen a los disidentes no fuera con el? ¿Qué hacer con las madres que perdieron a sus hijos? ¿Con los presos políticos que ni muriéndose en la carcel obtienen ayuda de ninguna parte? ¿Qué hacemos con la tarjeta de racionamiento de productos básicos ya aprobada por el ejecutivo nacional imitando al modelo Castro-cubano? ¿Qué hacemos con los que aún creen posible un diálogo con el gobierno o piensan esperar hasta unas próximas elecciones en manos del mismo Consejo Nacional Electoral, que permitió todos los fraudes y abusos en las últimas presidenciales? ¿Qué nos queda? ¿Rezar? ¿Salir a matarnos? ¿Escribir más cartas y tweets al resto del mundo?

¿Volvemos a nuestras patéticas vidas ´ciudadanas´ como si nada estuviera pasando, hasta que nos tumben la puerta de nuestras casas para decirnos que nuestros bienes e hijos son parte del estado? ¿O estamos detenidos por escribir este tipo de mensajes? ¿Qué más hace falta para despertar al resto de los venezolanos?