Ni siquiera ellos sabían el riesgo que corrían. Son dos hermanos de 60 y 67 años, uno de ellos enfermo mental y otro sin el más mínimo manejo para defenderse en la vida. Viven desde hace cerca de 45 años en una casa del Estado, ahora mismo tutelada por el Ministerio de la Vivienda. En los últimos diez años habían recibido centenares de cartas reclamándoles alquileres, agua, luz, contribución y ellos, que como digo tienen un grado de deficiencia además de un analfabetismo manifiesto, decidieron que esas cartas no solo no se tenían en cuenta sino que las guardarían en una caja y ya está. No valoraron que el apremio de la administración era cada vez mayor; lo cierto es que el tiempo pasó y la deuda se incrementó hasta alcanzar unos niveles respetables. Aun así, en silencio, con discreción, trabajadores sociales se empeñaron en ayudarles, en tramitarles las ayudas que impidiera un desahucio por la deuda a la que no atendieron durante años.

Eran carne de sin techo. Tenían todos los boletos para comenzar a rondar de casa en casa, de residencia en residencia, sin rumbo, separados... Cómo de malo sería el manejo de sus vidas que esas mismas personas supieron un año y pico antes que la administración les había enviado una carta en la que les comunicaban que con alrededor de 3.000 euros la deuda quedaba saldada, la casa sería escriturada a su nombre y nada más. Pero ellos, embrutecidos, no hicieron caso. Me consta que el Ayuntamiento de Las Palmas de GC hizo esfuerzos para evitar que las dos personas protegieran su techo que, como digo, no es propiedad municipal. Paralelamente dos, tres, cuatro personas, no más, tocaron las teclas necesarias, estuvieron pendientes del destino de los moradores a los que cuando trataban de hacerles ver su realidad, "pueden echarles de la casa", su respuesta siempre fue un "...no pueden; aquí hemos vivido siempre". Ya estaba incluso señalado el desahucio y sus protectores alertas para, de producirse, poner toda la carne en el asador; sin embargo, dos o tres días antes se supo que el trabajo callado, eficaz y de compromiso llevado a cabo por quienes estaban en la resolución del problema había obtenido sus frutos. "Paralizado el desahucio", me dice un wasap.

Da rabia no poder mencionar a quienes hicieron posible que los hermanos, mayores y enfermos, continúen viviendo en su casa. La discreción se impone. Lástima.