El Club Baloncesto Gran Canaria deja hoy el Centro Insular de Deportes, un pabellón que ocupa desde el 22 de octubre de 1988 y donde ha firmado buena parte de los momentos más brillantes de sus cincuenta años de historia. Su marcha, para instalarse en el Gran Canaria Arena, no es una simple mudanza. La trayectoria y progresión de la entidad claretiana durante las últimas décadas -casi siempre entre los mejores equipos de baloncesto de España- va ligada, de manera indiscutible, a su presencia en el pabellón de la Avenida Marítima, un recinto donde han caído gigantes como el Real Madrid o el FC Barcelona y conjuntos históricos como el Joventut, el Baskonia, el Unicaja Málaga o el Estudiantes.

Esas hazañas, que ahora parecen gestas habituales para el Granca, parecían un suceso imposible el 22 de octubre de 1988, cuando el equipo amarillo abrió por primera vez las puertas del Centro Insular para recibir al Mayoral Maristas de los Simth -Mike y Ray-. El club claretiano, con Pepe Moriana aún al frente, peleaba entonces con un presupuesto ínfimo y pocos medios para mantenerse en la Liga ACB. Desde su primer ascenso, en 1985, hasta esa fecha, había disputado sus partidos oficiales en el Pabellón de Tamareceite, una cancha donde la afición descubrió el espectáculo del baloncesto con los mates de Willie Jones pero que no reunía las condiciones mínimas para que la entidad pudiera crecer y asentarse en la élite.

El traslado desde Tamaraceite hasta el Centro Insular ofreció una nueva dimensión al CB Gran Canaria. Y esa afirmación no son sólo meras palabras. Desde su apertura hasta hoy, el equipo claretiano ha militado 22 temporadas en la ACB -las últimas 19, de manera consecutiva-. Esa solidez, lejos de los primeros cursos en la máxima categoría resueltos con varios descensos-, ha permitido al club dar pequeños, pero seguros, pasos para crecer en el ámbito deportivo. Asentado en la élite, durante la última década es habitual ver al Granca clasificado para el Playoff por el título, fases finales de la Copa del Rey o competiciones europeas. Y esa fortaleza tiene su génesis en la magia que se ha generado en cada uno de los partidos que el conjunto amarillo ha disputado en el pabellón de la Avenida Marítima.

Conocido como ´La Roca´ en el ambiente de la ACB, por el Centro Insular han pasado glorias del baloncesto como Pau Gasol, Arvydas Sabonis, Juan Carlos Navarro, Luis Scola, Tiago Splitter, Mar Gasol, José Manuel Calderón, Ricky Rubio, Jordi Villacampa, Dejan Bodiroga, Jorge Garbajosa, Serge Ibaka o Sergio Rodríguez. Y todos -a excepción de Sabonis- han besado la lona alguna vez ante el CB Gran Canaria, que hoy, con el duelo ante el Valencia Basket, cierra la etapa más brillante de su historia. Ahí, en ese pabellón, jugadores como Sitapha Savané, Jim Moran, Roberto Guerra, Berni Hernández, Jaycee Carroll o John Morton hicieron soñar a miles de aficionados y demostraron que todo era posible: incluso que el pequeño derrotara al grande.

Con la marcha del CB Gran Canaria del Centro Insular también se apaga, poco a poco, una etapa brillante del deporte grancanario y canario. Porque en esa cancha, además de celebrar los grandes triunfos del Granca, también se festejaron las gestas del Guaguas Las Palmas -campeón de la Liga de voleibol en cinco ocasiones y de la Copa en seis-, del CB Islas Canarias -en 1999 ganó allí la Copa Liliana Ronchetti de baloncesto, la primera competición europea conquistada por un club del Archipiélago- y del Hotel Cantur -campeón de la Liga de voleibol femenina en 2003-. El Centro Insular es más que un simple pabellón, ya es parte de la historia deportiva, social y cultural de Canarias.