Valsequillo de Gran Canaria, denominado municipio de medianías, fundamentó su actividad comercial en los siglos XVI y XVII en la agricultura y la ganadería; se cultivaba la vid, siendo zonas productoras Los Mocanes, Tenteniguada, Las Vegas y Los Juagarzos; también se procedía a su transformación y prueba de ello son los diferentes lagares situados en torno a los parrales, estando asociados los cultivos de la vid con los de los árboles frutales, especialmente con la higuera, que data de la época prehispánica, así como cirueleros, almendreros, perales o nogales, de la misma manera que el cultivo de papas, hortalizas, legumbres o cereales. La ganadería representó también un importante factor económico y el ganado se destina tanto a las tareas agrícolas como a la producción de leche y carne y se utilizan la lana y los cueros para hacer ropas y útiles siendo éstos aprovechados en la vida diaria. Los molinos de gofio también fueron motor importante de la economía del lugar. Desde el año 1758 empezó a desarrollar su actividad el molino del Colmenar, el más antiguo de los cuatro existentes, siendo el de los Granados o de los Mocanes el segundo más antiguo y el último en cesar la actividad. En torno a todas estas actividades también van ligadas las del apareo, la herrería, la carpintería, la alfarería y la cantería, siendo estas dos una de las actividades desarrolladas en menor medida.

La almendra representó un papel importante en la economía, y aún se conserva y se utiliza, aunque en menor medida, la máquina partidora de almendras. También se ha desarrollado la economía en el sector de la artesanía, como el hilado de lana, confección de tejidos con el telar, calados y bordados, o los trabajos realizados con centeno, palma, mimbre o caña. Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, al haber una difícil comunicación con Telde, se desarrolla una agricultura de autoconsumo o subsistencia. Aun así, los productos de la tierra que se llevan a vender a la plaza de Los Llanos de Telde se transportan a lomo de las bestias, o las mujeres en cestas a la cabeza, las cuales se apoyaban en un ruedo para hacer más seguro y llevadero el traslado. Con el paso de los años llegó el primer quitrín de Antonio Velázquez, luego los coches de Melián o los piratas, hasta en la actualidad disponer de un moderno servicio de guaguas y taxis, siendo el primer dueño con parada de taxi en el pueblo Antonio Umpiérrez González.

Las tiendas de aceite y vinagre, donde se vendía desde el aceite hasta un pedazo de jabón "swaston", convirtiéndose una de ellas en un supermercado, para con el paso de los años ser un gran supermercado dentro de una importante cadena del sector alimenticio, Spar López Peñate. La panadería San Miguel o Sucesores de Andrés López Benítez, fundada en 1929, y que continúa hasta nuestros días.

A mediados del siglo XX, desde las cumbres y medianías se emigraba dentro de la propia isla, hacia las tierras de la costa, donde el aparcero cultivaba principalmente el tomate. Este traslado propicia la "mudá", que hacía que la familia con todos los enseres y animales se instalaran en las chozas o cuarterías construidas y que serán su vivienda durante el tiempo de la "zafra".

También en estos años se inicia la actividad en el sector de la construcción y de la hostelería, generando muchos puestos de trabajo, por lo que muchas personas dedicadas sobre todo al sector hotelero trasladan su residencia habitual al Sur de la isla, aunque conservando sus viviendas en el municipio para venir a las fiestas, o pasar temporadas y visitar a la familia.

Valsequillo es una cuenca rica en aguas, por lo que se generan industrias en este sector, siendo referencia en su momento el agua de San Roque, ubicada en el Barranquillo de Juan Inglés, que fue propiedad del Ayuntamiento y luego pasó a ser propiedad privada hasta el cese de la actividad. Actualmente en este sector se han creado empresas como Fuente Umbría y Fuente Niguada. En el año 1966 se establece la empresa Framptons Nurseries (Overseas) Ltd. y Valle Flor, dedicada a la floricultura para la exportación, dando trabajo a unas 80 personas casi todas del municipio. El arte de la pirotecnia, tradición familiar a la que ha estado dedicado toda su vida don Ramón Martel Dávila, y en la que continúa. Actualmente se ha potenciado la actividad económica desarrollada en torno a agricultura, con el cultivo de la fresa, representando un 95% de la producción de Canarias, así como la producción de quesos, miel y vino de excelente calidad. Se ha potenciado el turismo rural y han surgido o continuado distintas iniciativas empresariales en diversos sectores económicos, que contribuyen al desarrollo del municipio.