Amigo Lucas, el curso pastoral que ha comenzado hace pocas semanas nos lanza de nuevo a vivir una fe comprometida con la vida de cada día. Ojea la pequeña carta de Santiago apóstol para que veas cómo él nos pide caminar con una Fe testimonial, sí, con hechos y no sólo palabras. De verdad que este gran apóstol en su carta nos dice: "Déjame ver tus obras y luego yo te diré cuál es tu fe". Oye, cuando la Fe no tiene obras en la vida, ella está muerta. Habrás visto que ha comenzado ya el curso pastoral y la Iglesia de nuevo nos invita a vivir el evangelio con obras vivas y visibles que valgan. La pena es que muchos cristianos caminen hoy con una fe medio dormida, con medallas colgadas al cuello, con novenas a santos y con discursos vacíos de testimonio. Sí, da pena que muchos sean cristianos sólo dentro de los templos.

Todo esto me lleva a pedirle al Espíritu que nos dé luces para vivir la Fe con obras en la línea que nos marcó el Concilio Vati-cano II, aquel gran encuentro eclesial empujado por el papa Juan XXIII donde estaban cardenales famosos como Tisserant, Rufini, Alfrik, Pla y Daniel, Bevilacqua, Suenens?

Amigo, habrás visto que nuestro obispo Francisco nos pide este año que estemos comprometidos en la fe y que sigamos buscando agua en el desierto ya que ella es el único camino que tenemos para dejar entrar la palabra de Jesús en nuestra vida. Invito a los amigos a que escuchen siempre que puedan al Papa en sus homilías dominicales y también diarias, ya que no son unos rollos, sino que son llamadas a vivir la Fe, la Esperanza y la Caridad.

Oye, yo diría que hoy el cristiano con luz es aquel que sabe enganchar su vida con los alejados, el que sabe vivir las misas como si fueran pozos de agua en el desierto que calma la sed. Ponte en contacto con el Centro Teológico, con su director, Cristóbal Déniz, que con su gente ha montado diferentes cursos para cristianos que quieran crecer en la fe y ser testigos?

Amigo Lucas, te cuento que lo sucedido en Maspalomas esta semana con la llegada de los emigrantes en patera me ha dejado sin palabra por la forma como fueron tratados. De verdad que ha sido de vergüenza el trato que han recibido de nuestros políticos y de organizaciones... No podemos olvidar que todos ellos son también hermanos nuestros y que son hijos de Dios y merecen ser tratados como personas y no como animales infectados. Qué verdad lo del arzobispo de Tánger cuando nos anima a que "cambiemos las políticas y las conciencias" con la inmigración. ¿Verdad que nos gusta que nos visiten cada año millones de turistas y nos dejen mucho dinero? ¿Verdad que ese obispo sabe leer el evangelio con el corazón especialmente cuando afirma: "Ninguna persona se ha de quedar a la puerta de tu casa, sea de otra religión, sea ateo... o no importa qué... ya que Jesús no preguntaba identidades, sino que sabía acoger con su corazón a todo el que llegaba a Él"?

Amigo, sí, lo de Maspalomas fue una vergüenza y nos dejó mal a muchos. Oye, ¿qué se puede decir cuando uno ve a 21 emigrantes que llegan en patera y que después de muchas horas los ponen en un camión de basura? ¿Verdad que hubiera sido bueno ver en ese lugar la presencia testimonial de Cáritas, la presencia de nuestro obispo o alguien enviado por él para dar acogida a esos pobres que no tenían nada? Oye, lo de Maspalomas me recordó lo de Lampedusa y cómo el Papa se hizo presente en 2013 en aquel lugar animando con esperanza a todos aquellos seres que sólo buscaban algo para vivir.

Amigo Lucas, termino deseando a la gente un buen año pastoral y que todos se enrollen en las parroquias con otros cristianos para juntos soñar y caminar por la ruta que nos ha dejado el Maestro Jesús, el amigo defensor siempre de los marginados. Oye, y que no pase más la película bien fea de los emigrantes, que son también hijos de Dios por donde vayan.