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El análisis

Con más razón que un santo

En una de las célebres citas del filósofo suizo Henry F. Amiel decía contundentemente de los "egocéntricos" que eran "una manera laboriosa de no ser nada, en querer serlo todo". Resumía el vacío que acarrea el egocentrismo definiéndolos además como "seres que solo pueden amarse a sí mismos, siendo una especie de monstruos insaciables de halagos. Creen estos que las opiniones y los intereses propios son más importantes y veraces que los de los demás y lo suyo, lo único que tiene valor".

También es aquel que se cree "el centro de todos los intereses, el centro de atención, el centro de todo el mundo". Algunos sinónimos son el de egoísta, narcisista y arrogante. No se distancia mucho del ególatra ya que este es el que muestra culto, veneración o adoración exagerada a sí mismo.

Después de esta introducción, deseo aclarar al socio del Rcngc y al estimado lector a través de estas líneas de prensa, ya que fue este el camino primeramente escogido no por mí, la falta de veracidad mostrada en un artículo firmado recientemente por el que fue, tristemente para mí, presidente de dicha asociación.

Sepa el socio y el lector que la actual Junta Directiva requirió a los Sres. que decían hacerse cargo de los costes de mantenimiento y restauración del susodicho cuadro para que, ante notario y solidariamente firmaran tal compromiso durante una cantidad de años, para así "no dejar otro muerto más al que viniera detrás". Se negaron en redondo cuando se percataron del importe dinerario que suponía.

El ex, a través de la prensa, instiga a que no se cumpla un mandato de la Junta General, soberana que lo es (pensaría que aún estaba él) alegando "dudosa legalidad" para con esos fatuos comentarios pretender "inmortalizar su obra". De no tan dudosa legalidad sí que fueron actuaciones suyas y que, presuntamente pudieran tipificarse como "delitos de administración desleal".

Ya la Junta Directiva que él presidía (constan en actas) habían propuesto el traslado del cuadro y manifestaban que según el presupuesto resultante se decidiría "el traslado o definitivamente eliminarlo". Sépase que el traslado costó 55.741 ? (9.274.522 pesetas) y que se hizo sin autorización presupuestaria de la Junta General.

Para ejecutar este traslado hubo que destruir, sí, destruir un magnifico mural que había sido confeccionado por los alumnos y profesores de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Las Palmas de Gran Canaria, después de un magnifico concurso entre sus alumnos.

El presupuesto de dicho mural escultórico de un hierro especial, que estaba donde hoy el cuadro, y representaban unas velas al montar una baliza, fue de 1.450.000 pesetas y curiosamente el firmado posteriormente fue de 1.950.000 pesetas (500.000 pesetas de más). También se hizo sin autorización presupuestaria de Junta General. No aprovecharon ni la chatarra y eran unos cuantos kg.

Esto sí que es "denotar una falta elemental de sensibilidad artística".

Pero además deben saber tanto el socio como el lector que la ejecución del famoso cuadro fue de cerca de 178.000 ?, casi 30 millones de pesetas como él mismo decía en su artículo y que esta, y esto no lo decía, se realizó sin autorización de Junta General como es obligado y preceptivo, vulnerando por tanto, como tantas veces, lo que establece el Régimen Económico de dicho Club en sus artículos 57,d, g y h obligando con ello a que tanto el Contador como el Tesorero infringieran el Art. 44 de los Estatutos. Para mí, presuntamente, administración desleal.

Desde luego el dicho de que el hombre es el ser que tropieza más de una vez en la misma piedra parece ser real, pero es que hay algunos que lo hacen cuatro, cinco y más veces y cuando les haces ver las verdades se preguntan qué es lo que han hecho para que se les persiga.

Hay que joderse... Si se hubieran administrado de otra forma, como siempre dije, los recursos conseguidos con los esfuerzos de los socios, hoy no estaríamos pasando las penurias que nos acucian. Claro... las tarjetas y pólvora ajena.

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