La convivencia entre perros y deportistas en el Parque Romano debería de estar clara. Los carteles indicadores son grandes y los espacios están claros. Un comunicante informa de que hay dueños de perros que son menos educados que los propios animales y no respetan nada. Llevan los canes donde les da la gana, ensucian espacios con excrementos y hasta juegan a morder los pies de los atletas. Orden, por favor, la vigilancia policial nunca sobra.