El mogollón de la madrugada del sábado no sonó como algunos de los jóvenes esperaban. La música se escuchó a lo lejos y el murmullo de la multitud se apreciaba más que la sintonía nocturna de los carnavales en Santa Catalina. Algunos pensaron en los acuerdos y en no alterar el descanso de los vecinos. Otros sostienen que los primeros mogollones siempre son más "fríos" que los que se celebran después de las grandes galas. Se verá en breve.