Desigual subió ayer el telón de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid con un desfile cargado de sentido del humor y una pasarela transformada en un peluche, en la que presentaron una colección de tonalidades sobrias, menos estridentes que años anteriores, que pretenden captar al público más joven.

Frente a los rojos, naranjas, amarillos y verdes chillones del año pasado, la firma quiso presentar "un nuevo Desigual", de colores más sobrios, con tonos caqui, marrones tierras y morados de tono berenjena, cuyo objetivo es captar a un cliente más joven, por debajo de los treinta años. La firma cuenta ya con más de doscientas tiendas propias en todo el mundo.