La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con otra cara

Pensar con las nalgas

Mira qué bien. Las mujeres que tienen el culo grande son más listas, mejores en el sexo, más longevas, y sus partos son más fáciles. Esto ya lo debían saber los hombres prehistóricos cuando plasmaban sus Venus regordetas como símbolo de fertilidad, pero lo han venido a confirmar científicos de la universidad de Pittsburgh que llevan años estudiando estas cosas y que han comprobado, aseguran, los beneficios de acumular grasa en los glúteos. Y no lo dicen sólo las mentes pensantes de Pittsburgh. También en Oxford, Harvard y California se han realizado estudios similares que concluyen que, a más grasa en las nalgas, menos propensión a la diabetes y menos colesterol. Tanto tiempo haciendo régimen para esto... Y no es sólo que las mujeres con caderas anchas sean más inteligentes, sino que sus hijos también lo son porque el desarrollo del cerebro del bebé dependería en parte de las grasas acumuladas en los glúteos y en los muslos de la madre que son ricas en ácido docosahexaenoico, un componente, al parecer, muy importante para el cerebro humano.

Ver esto e irme al espejo ha sido todo uno. Y no. Tan contenta que andaba yo por gastar una 40 de pantalón y resulta que he condenado a mis hijos a tener un mediocre coeficiente intelectual. Y encima, la grasa que sí nos sobra a algunas, que es la que se acumula en la cintura, no vale para nada, ni te hace más inteligente ni más sexi ni te ayuda a prevenir la diabetes. Lo que no acabo de entender es por qué si las piernas y los glúteos gordezuelos son tan importantes para el desarrollo cerebral del bebé, se puso mi ginecólogo como una fiera cuando engordé 14 kilos en mi último embarazo. Para una vez que mi trasero se parecía al de Jennifer López.... Y no es porque mi ginecólogo anduviera por el Pleistoceno cuando yo di a luz, porque a una compañera que acaba de tener una niña, la matrona también la ha mantenido a raya con lo de los kilos y con nueve meses tenía las mismas piernas de palillo que antes de quedarse embarazada. En cualquier caso, por fin las mujeres mortales podemos sentir pena por las modelos que, dada su constitución, deben ser todas bobas y un desastre en la cama además de tener hijos tontitos y el colesterol por la nubes, si es que vamos a hacer caso a los científicos de Pittsburgh. Sólo tengo una duda: si realmente hubiera una relación entre el tamaño del culo y el desarrollo cerebral, los hijos de Kim Kardashian debería ser, como poco, genios como Stephen Hawking, por no hablar de la progenie de mi vecina Luisa, que no encuentra pantalones de su talla y cuyos hijos -que me perdone si lee esto- se parecen peligrosamente a Homer Simpson.

Compartir el artículo

stats