La Provincia - Diario de Las Palmas

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Sobre el canódromo del Sur

Con respecto a la información sobre el Canódromo Gran Canaria de Playa del Inglés, escrita por D. Pedro José Franco López y publicada en LA PROVINCIA del 20 de febrero pasado, manifiesto lo siguiente: El contenido del recuadro dedicado a la persona de José Juan Santana Moreno y el de los ocho primeros párrafos se ajusta a la realidad, con la pequeña salvedad de que el primer recinto oficial de carreras de galgos de Las Palmas de G.C., denominado Campo España, no estaba en donde hoy está la Fuente Luminosa sino en la zona de la plaza del Dr. R. O'Shanahan y el edificio de la Presidencia del Gobierno de Canarias, entre el limite Norte del barrio de Lugo y el Sur de Ciudad Jardín. Y, también, que el acto de celebración, organizado el 10 de junio de 1984 en el Canódromo del Sur, por el triunfo de Fauna II en el Campeonato de España, fue organizado por el personal y dirección del Canódromo y no por la Federación Española de Carreras de Galgos.

Pero a partir del párrafo noveno ya comienza a desvirtuarse la realidad, pues después de esa fecha las distintas actividades deportivas y musicales que se celebraban complementaban a las carreras de galgos y repercutían en una abundante asistencia de público, a pesar de los inconvenientes que se originaron por algunos ediles del Ayuntamiento. Entre ellos, el más "chistoso": cuando un turista paraba a un taxi y pedía que lo llevara al Canódromo, la mayoría de las veces el chófer no lo llevaba, le decía ¡guau, guau! Y arrancaba, dejándolo en tierra (y asombrado). Desconozco si eran consignas dadas por el jefe de la empresa o cooperativa de taxis, que, a su vez, era concejal del Ayuntamiento, o por otra autoridad municipal, como represalia, porque "yo no comulgaba con ruedas de molino".

Entonces se firma una opción de compra de los terrenos colindantes hasta la rotonda que supone la primera entrada a Playa del Inglés, donde ahora se desea instalar el Siam Park del Sr. Kiessling, con todas las bendiciones que nosotros no tuvimos para construir el Palacio de Carreras. El trámite de la licencia fue denegado por el Pleno del Cabildo por el voto en contra del Alcalde de San Bartolomé de Tirajana y de los consejeros del Partido Socialista, pero llegado a la comisión provincial de Urbanismo fue aprobado con el apoyo de su presidente, que pertenecía al Partido Socialista. Lo apoyaron todas las Federaciones Nacionales de los deportes referidos. Se hizo una campaña para suscripción pública, depositándose el dinero en cuentas bancarias con la condición de que si no comenzaban las obras antes del 1 de enero de 1986 el banco lo devolvía a los depositantes. Quedó cubierta toda, lo que suponía mil y pico accionistas, en su mayoría residentes en Telde y Sur y ello no entraba en los "cálculos" del entonces perenne alcalde de San Bartolomé de Tirajana y su pretendida continuidad. Por ello el Ayuntamiento publicó en el Boletín Oficial de la Provincia, dos meses antes de finalizar el año 85, el acuerdo de declarar zona rústica a los terrenos que iba a ocupar la ampliación del Canódromo, con lo cual, aunque la disposición era inaplicable, la contestación a los recursos se efectuaría con posterioridad al 1 de enero de 1986. Los arquitectos aconsejaron meter los tractores, pero la dirección consideró que no se podía arriesgar los depósitos de tanta gente. Y los depósitos los devolvieron los bancos a los suscriptores. Por ello se decidió cerrar el Canódromo del Sur el 5 de enero de 1986.

Posteriormente se proyectó un Auditorio y Palacio de Congresos, lo que suponía una originalidad que se estaba produciendo en Europa. El proyecto se presentó al entonces nuevo alcalde, en presencia del anterior, que ocupaba el cargo de concejal de Urbanismo. Al alcalde le gustó la idea, pero el concejal dijo que nos contestarían en un par de semanas... Y no hubo contestación. Nueve meses después se le dio licencia a un proyecto presentado cuya construcción se le adjudicó a la empresa Lopesan, a quien, después de construido, se le dio además la concesión por unos cincuenta años. ¡Qué suerte!

Unos años después, en 1998, se solicitó la licencia para convertir el antiguo Canódromo en un edificio de actividades deportivas, con almacenes y plazas de garaje, de acuerdo con la edificabilidad que le había aplicado el Plan General. Se retrasó al Ayuntamiento, pero esta vez incurrió en silencio administrativo, por cuyo motivo la empresa solicitante acudió a los Tribunales de Justicia que le reconocieron sus derechos. El Ayuntamiento apeló al Tribunal Supremo el cual reconoció la legalidad de la licencia concedida, por lo cual el Tribunal Superior de Justicia de Canarias reconoció tener autorizada la licencia. Se presenta en el Ayuntamiento el proyecto de iniciación de las obras y no contesta. Entonces se aprueba el Plan del Tren desde Las Palmas al Sur, por iniciativa del Cabildo, cuya vía ocupa el Canódromo del Sur, cual queda sujeto a expropiación. Y dos años después es cuando el Ayuntamiento concede la licencia. Cuando no se puede utilizar.

No existió propuesta alguna por parte del Ayuntamiento para construcción de casas sociales y un campo de golf, como se expone en lo publicado. A mí, que era el único representante de la empresa, no me llegó. Y si ello se me hubiere propuesto, les habría respondido que no parece lógico que se construyan casas sociales en un campo de golf y, además, la superficie del inmuebles era muy inferior a la necesaria para este tipo de instalación deportiva.

Por ello, los dos párrafos finales, publicados el día 10, son inciertos en una gran parte y pretenden eludir las responsabilidades demandadas judicialmente al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. Me llama la atención que el autor del artículo, autodenominado Técnico en Patrimonio Histórico y Cultural, sea tan poco riguroso y acuse de especulación a las víctimas de los despropósitos administrativos de un Ayuntamiento que podría tener un prestigio en el ámbito turístico mundial, si no fuera saboteado por sus propios regidores.

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