El puerto de Las Palmas tiene que estar preparado para todas las oportunidades de negocio que se presenten, y de forma principal en el campo de las reparaciones navales: con suficientes técnicos, para hacer frente a las necesidades de cualquier tipo, sin tener que traer mano de obra de otros lugares como está ocurriendo con el boom de las plataformas petrolíferas.
El pasado año un total de 21 perforadoras arribaron a nuestra bahía demandando diversas operaciones, pero resultaba un tanto lamentable que una buena parte de los trabajos a realizar en las mismas, fueran desempeñados por personal procedente de los más variados países, entre ellos hindúes, polacos, noruegos y de otras nacionalidades.
Es una pena que este maná del trabajo pase casi desapercibido para nuestra gente local, al no estar debidamente preparada para desempeñar estas funciones, por no existir los debidos estudios y programaciones que adiestren a un personal cualificado entre nuestra juventud que responda a esta demanda especializada en el sector offshore.
A veces se improvisa con cursos acelerados subvencionados, pero ese no es el camino, sino que tiene que haber desde la propia Formación Profesional y de la Universidad una programación adecuada que prepare técnicos medios y superiores en respuesta a lo que demanda el propio puerto de La Luz, en el momento real que vivimos.
Y sobre todo, hay que cuidar con mucho esmero el conocimiento profundo del idioma inglés marítimo, básico para el desempeño de cualquier trabajo en el recinto portuario, e incluso para que los trabajadores puedan estar preparados para viajar en los barcos que demandan tareas a bordo en plena navegación.
Aquí hay un campo importante para nuestra juventud, porque si otros técnicos de lejanos países se desplazan hasta Gran Canaria por cientos, para realizar diversos trabajos en las plataformas y otros barcos, no hay razón para que no estemos aquí debidamente preparados, para dar la respuesta adecuada a esta inusual demanda con el apoyo de los talleres locales.
