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Así no Podemos

Una de las noticias más espeluznantes y rebenques de este su periódico en el día de hoy es la autopropuesta que se ha hecho un señor llamado Fernando Ríos de presentarse a las primarias de Podemos para tratar de mariscar en el Parlamento de Canarias.

Usted dirá y a mí plin, vale, pero si se le acompaña este cataclismo con un poco de retrohistórica entenderá que la política es una infatigable máquina de hacer roscas de la que siempre sale el mismo tipo de rosca.

Fernando Ríos es un señor con corbata y sin coleta y lo único que se podría relacionar hasta la fecha con un partido del legítimo pensamiento de Podemos era la bolivariana denominación de su excargo -Comisionado para el Desarrollo del Autogobierno y las Reformas Institucionales del Gobierno de Canarias, también conocido por sus siglas Cpeddaylridgdc-, y carroza de la que ha estado disfrutando de la fiesta en estos últimos cuatro años.

Este organismo, el oneroso Cpeddaylridgdc, fue creado a medida en el día dos de la presente legislatura para su persona en exclusiva, hasta el punto de que cuando le hizo fos porque se encorajinó sorpresivamente con la deriva nacional de Coalición Canaria, que fue poco menos que antier mismo, tanto él como su Comisionado para el Desarrollo del Frangollo del Cogollo y la Reforma del Tinglado del Cochafisco de Canarias, o Cpeddfdcylrdtdcdc, desapareció en todo su conjunto, es decir que se exterminó fulminantemente del organigrama del gobierno sin que ningún indígena, berro, culantro o sama de roca haya notado la más mínima tos, gas o molestia.

Por otro lado hay que subrayar que Ríos es el primer ente pluricelular a este lado del barranco de Azuaje capaz de encochinarse por la deriva ideológica de Coalición Canaria, en tanto en cuanto se trata de un partido placebo u homeopático cuya ideología aún se busca en Cuarto Milenio, programa que lo más parecido que ha encontrado son los botes del Poxipol con el que se pegan a la derecha o a la izquierda según les sople el alisio.

Si los modernos Podemos, Ganemos y Acabemos en vez de montar el gran pollo prometido terminan levantando un triste rastro de trastos -que los hay hoy en cantidades industriales y los habrá en números astronómicos tras las elecciones-, finalmente sí que Veremos a los mismos de siempre pero por otro canal.

Y ojete con esto porque cuando el Ríos suena, agua lleva.

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