La Provincia - Diario de Las Palmas

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Desde mi isla

La parada del general Franco en Las Palmas (11 de marzo de 1936)

El J. J. Domine fue un barco que tuvo mucho que ver en la historia de España. Llamado así en honor del primer presidente de la Cía. Trasmediterránea, llegó el 24 de septiembre de 1935 por vez primera, al puerto de Santa Cruz de Tenerife, haciendo la ruta Barcelona-Canarias. Se cumplen ahora, pues, los 80 años de su esperada llegada a Canarias.

Lo más importante de su historia es que el 11 de marzo de 1936 llegaba a Las Palmas, a las 19 horas trayendo a bordo al general Franco, y a su primo Francisco Franco Salgado-Araujo,de paso a Tenerife. Los primos estaban emparentados a través de la línea Nicolás Franco Sánchez y Josefa Vietti. Al decir de Pilar Jaraiz, sobrina de Franco, los hermanos Salgado-Araujo, con el abuelo Nicolás, padre del general, tenían un doble parentesco, de forma que este era a la vez tío y primo de los Salgado-Araujo. (Carlos Fernández Santander: el General Franco). El Domine, en septiembre de 1936, ya iniciada la Guerra Civil, llevó a Vigo 600 falangistas bajo el mando del conocido Ignacio Martel. Y más aún, en 1937, peregrinos de Marruecos a La Meca, bajo el nombre de Magreb El Aska. Alcanzaba una velocidad de 16 nudos. El barco Fernando Poo fue su gemelo. En marzo de 1976 dejó su histórica asistencia, convertido en aristocrática chatarra. El general, en la noche del 11 de marzo, cenó con la viuda de su primo Miguel Franco Salgado-Araujo (DIARIO LAS PALMAS), hijo de Hermenegildo Franco Vietti y Candelaria Salgado-Araujo Lozano, nacido en Ferrol. Ella era Rosario Morales Manrique de Lara, nacida en Las Palmas el 2 de octubre de 1898, hija de Alfonso Morales Suárez y María Dolores Manrique de Lara Llarena. Doña Rosario murió en Las Palmas el 6 de marzo 1967.

En 1918, el coronel del Regimiento de Las Palmas, Santiago Cullen Verdugo y señora, piden la mano de Rosario a su tutor, Francisco del Castillo, para el entonces Teniente de Artiles Miguel Franco. Se casaron en 1919. La sociedad aristocrática-burguesa de Las Palmas era tenazmente endogámica, solo rompían la endogamia para dar entrada en sus familias a militares que casaban con sus hijas. Entre los casos que conozco, cito a título testimonial los matrimonios de María del Pino del Castillo-Olivares Fierro con Alfredo de Ciria Arbeleche, coronel de Infantería y VI Conde de Valdeparaíso. Francisca Morales Rodríguez, nieta del acaudalado comerciante D. Juan Rodríguez González, con el coronel de Artillería Francisco Baeza. Sebastiana Bravo de Laguna Manrique de Lara, hija del general Bravo, dueño de La Isleta, con el comandante de Artillería Manuel Martínez de la Vega.

Miguel Franco Morales nació en Santoña en 1922 y Alfonso Hermenegildo, en Las Palmas en 1924. Miguel Franco Morales fue comandante del Cuerpo de Intendencia de la Armada y llegó a ser campeón de España de Tiro en Pistola de Guerra. Su padre, Miguel Franco Salgado-Araujo, murió por herida de guerra el 8 de noviembre de 1924 en la zona de Tetuán (Marruecos), siendo capitán de Infantería del Batallón Expedicionario de Las Palmas. Murió sin testar y dejó de herencia 85.000 pesetas nominales en Deuda Pública Perpetua al 4%,15.000 pesetas, también en Deuda Perpetua, para responder de la tutela de los menores y su esposa, y 3.000 pesetas en efectivo en el Banco de España de Las Palmas (Archivo del Banco de España en Madrid). Se constituyó un Consejo de Familia para los menores, cuyo presidente fue José Sintes Reyes, casado con Rosa Rodríguez Millán, nieta de Juan Rodríguez González. Fue al igual que su yerno Matías Vega Guerra, presidente del Banco de Canarias. Vocales fueron Sixto y Enrique del Castillo Manrique de Lara ,este rico propietario del antiguo municipio de San Lorenzo, que absorbió en 1939 el municipio de Las Palmas, Salvador Manrique de Lara, Sebastián Morales y Luis del Castillo. El general Franco el día 12 de marzo, tras asistir a una recepción en su honor, embarcó hacia Tenerife, desde donde pulió su asaltó al poder absoluto. Y a partir de aquí, las páginas se ennegrecen tras una Guerra (con mayúscula) que tanto sufrimiento llevó a miles de hogares.

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