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El callejón del gato

¡Miau!

Miau es una novela del escritor canario y socio de Mérito del Ilmo. Gabinete Literario Benito Pérez Galdós publicada en 1888, dentro del ciclo de las "Novelas españolas contemporáneas". Enmarcada en el género realista, satiriza el Madrid burocrático de finales del siglo XIX a partir de las vicisitudes vitales de su protagonista. Pues bien, al igual que el personaje de Galdós, por cierto, funcionario de un ministerio, podríamos aplicarle sus peripecias a cualquiera de los candidatos de los diferentes partidos que concurren a las próximas elecciones, pero de manera especial a los del Partido Socialista e Izquierda Unida que se enzarzaron en una trifulca días pasados comparándose a unos gatitos que ronroneaban.

El candidato a la alcaldía por Madrid, el mediático Antonio Miguel Carmona, le espetó nombre por nombre al de IU, Garzón, todos los imputados que tenían y tienen en sus listas, seguido de la onomatopeya correspondiente que rezaba: "¡Miau!"

Entramos en un periodo donde las encuestas y la campaña electoral van a copar todos los espacios de debate en los diferentes medios de comunicación para arremeter los unos contra los otros empleando las marrullerías que fueren necesarias para descalificar al contrario.

A los de Podemos les llaman los "moraos", en una clara alusión al color de lo que se han puesto en función de la pasta que les han soltado desde Venezuela. Por contra al candidato de Ciudadanos le dicen "naranjito" por el color de su cartel electoral. A Rita Barberá, la incombustible alcaldesa de Valencia en clara alusión al trabalenguas que se lio en las fallas, le han puesto música a su "caloret".

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, comienza la feria de los monstruos donde personajes como Luis Roldán, Barcenas, Francisco Granados, Blesa, Urdangarin y no sé cuántos más para acabar como ya es habitual con Griñan y Chaves, que a estas alturas forman pareja como el Gordo y el Flaco.

Los medios tienen parte de culpa en el cacao mental que se está produciendo al elector con tanta verdad a medias que es la peor de las mentiras.

Si partimos de la base de que un apodo es la piedra más dura que el diablo puede arrojar a una persona, le preguntaría al ínclito Antonio Luis Carmona que me diga si lo sabe por qué los gatos arañan y las arañas no gatean. ¡Miau!

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