Las desavenencias entre la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, con los Reyes Felipe y Letizia y Juan Carlos I se dejaron notar en la celebración el pasado sábado de la primera comunión de Irene Urdangarin en Suiza, donde residen sus padres. Ni el abuelo de la pequeña, que lució el mismo vestido que las infantas Elena y Cristina, ni sus tíos asistieron al acto, celebrado en una iglesia de la aldea de Hermance, junto al lago Lemán. Sí asistieron la Reina Sofía y la infanta Elena. Los hermanos de Irene habían hecho la primera comunión en España. El contraste entre las imágenes de entonces y de ahora es más que evidente. En la ceremonia de Juan Valentín y Pablo Nicolás en Barcelona, mayo de 2009, está la familia real española al completo. En la comunión de Miguel Urdangarin, en el palacio de la Zarzuela dos años después, también hay una imagen familiar sin ausencias. Aún no había estallado el caso Nóos sobre presunta corrupción política, que saltó a la luz en 2010 y por el que está imputado Iñaki por presunto fraude y malversación.