La lucha de clases es un concepto o, más bien, una teoría que explica la existencia de conflictos sociales como el resultado de un supuesto conflicto central o antagonismo inherente a toda sociedad políticamente organizada entre los intereses de diferentes sectores o clases sociales.

Dicho lo anterior, si tenemos en cuenta que las ideas no son responsables de lo que los hombres hacen de ellas, podemos llegar a la conclusión que las cosas hoy en día ni son ni van a ser como hasta ahora.

Partiendo de la base de que ya quedan pocos de izquierdas o de derechas por la simple razón que el ciudadano esta redefiniéndose la mayoría de los conceptos que históricamente se asignaban a unos o a otros.

¿Todo es de derechas o de izquierdas? ¿Los tontos son de derechas o de izquierdas? ¿La cultura del mérito o la seguridad social, son de derechas o de izquierdas? Son actitudes ante la vida. ¿La intolerancia de quién es? La opinión pública hoy por hoy piensa que estamos donde estamos por culpa de los de arriba, de los que tienen más poder. Al final es mucho más importante cómo es la gente y cómo se comporta frente a las cosas; por ejemplo, el mes pasado la izquierda del Parlamento Europeo voto contra una propuesta en defensa de los derechos humanos. ¿Cómo se les queda el cuerpo?

La gran paradoja de los últimos tiempos es ver cómo la corrupción no respeta ni siglas ni el peculio de los españoles, y salen personajes siniestros como hongos de todos los partidos.

Con motivo de la batería de elecciones que se nos viene encima, aparte de los gritos que los candidatos hasta desgañitarse nos van dando por todas las esquinas, las frases lapidarias que sueltan algunos son un referente de cómo una palabra puede ser más dañina que las imágenes.

Las ciudades y sus ciudadanos serán a medio plazo muy distintas de lo que creemos, no solo en la manera de pensar sino en la forma de comportarnos y la forma de pensar con respecto a lo que hasta hoy creíamos poco menos que dogmas de fe en lo que a política e ideales eran inmutables.

Tal y como se esta poniendo esto podríamos decir que hay tres clases de gente: la que se mata trabajando, la que debería trabajar y la que tendría que matarse... Pero sin llevarse por delante a los demás como hemos visto recientemente.