Desde que cumplí cincuenta años sufro presbicia. Tengo una creciente dificultad para leer textos y, por ello, sufro mucho cuando debo leer boletines oficiales. Algo parecido les debe suceder a quienes redactaron el autodenominado "Acuerdo por la Ciudadanía de Las Palmas de Gran Canaria", que es el pacto entre los partidos PSOE y Nueva Canarias y la coalición Las Palmas de Gran Canaria Puede para gobernar esta ciudad.
Por deformación profesional (soy especialista en RR HH), he querido analizar los propósitos enunciados sobre el personal y la organización. Y he quedado desagradablemente sorprendido. Los firmantes del Pacto ¿no conocen la realidad actual del Ayuntamiento o también sufren presbicia y les cuesta leer los boletines oficiales?
Porque el pacto, en esta materia, propone siete líneas de trabajo:
La primera, la estabilidad del personal municipal. Es una excelente noticia. Se trata de mantener la estabilidad que ha disfrutado el personal municipal, a pesar de la crisis sufrida por todos los ciudadanos, en el último mandato. Entre 2011 y 2015, el Ayuntamiento solo tramitó dos despidos y ambos por motivos disciplinarios. Otros ayuntamientos de Canarias, algunos gobernados por el PSOE o por partidos adheridos a NC, han tramitado despidos (incluso algún ERE) en ese periodo. Me gusta saber que la estabilidad del personal municipal sigue siendo igual de importante que en el anterior mandato.
Segunda línea: reducir el número de puestos de libre designación. Pero ¿los actuales son excesivos?
Si alguien mira el BOP donde se publica la RPT, solo podrá ver libre designación en los secretarios del personal político y directivo y en siete puestos del gabinete de Alcaldía (realmente Cardona solo utilizó dos). Por comparar, la RPT de Telde, ciudad que viene a ser la cuarta parte de la capitalina, cuando fue aprobada por el PSOE y NC en 2009 contaba con unos siete puestos de jefe de servicio con libre designación. En la RPT de Las Palmas de Gran Canaria no hay una sola plaza de jefatura, ni de servicio, ni de sección, ni de nada, que sea de libre designación. Todas se eligen por concurso. Entonces, ¿cuál es el objetivo? ¿reducir lo inexistente?
También se habla de "racionalizar la estructura administrativa". Me vuelve a sorprender esa cuestión. La estructura organizativa aprobada por el PSOE para el Ayuntamiento en 2010 (y anulada posteriormente por los tribunales, las denominadas "Bases Mínimas" de la organización municipal) tenía más del triple de unidades y jefaturas que la vigente RPT capitalina (ambas publicadas en el BOP). ¿Racionalizar y triplicar es lo mismo o es lo contrario?
El documento acuerda "realizar la valoración de los puestos de trabajo". Por ese trabajo, no se preocupen. Esa valoración ya está hecha, estimados concejales. Y es tan rigurosa y tan transparente que está publicada en el BOP, y también está publicado el propio manual de valoración. Por cierto, ese manual es el mismo con el que se valoró la RPT de Telde (ya lo dijimos, aprobada durante el mandato del PSOE y NC) o la de Arucas (encargada y pagada durante el mandato del PSOE). Ese sistema viene a dar una valoración similar, por ejemplo, al puesto de auxiliar administrativo de este Ayuntamiento y al auxiliar del Cabildo o al del Gobierno autónomo. Son datos todos ellos publicados en boletines oficiales. ¿Y alguien cree que un auxiliar, solo por trabajar en nuestro Ayuntamiento, debe tener más complementos que los funcionarios análogos de otras administraciones?
Luego vienen tres propósitos plausibles: hacer un plan de formación, cubrir las necesidades de empleados cuando la legislación lo permita y utilizar listas de reserva o bolsas de empleo. Nada nuevo bajo el sol municipal. Todo eso ya se estaba haciendo en el último mandato. Pero me parece muy bien que se mantenga esa línea.
Para finalizar, escucho del Sr. Doreste que quiere "acabar con el nepotismo en el Ayuntamiento". La verdad es que ha regalado un bonito titular. Pero si entiende nepotismo como la costumbre de enchufar en el Ayuntamiento, indefinidamente y sin proceso selectivo alguno, a familiares, correligionarios y afines, debo comunicarle que llega un poco tarde: ya Cardona acabó con esa práctica.
En este último mandato, nadie se ha quedado así en la plantilla municipal. No se han enchufado para siempre jamás ni familiares de políticos, funcionarios o sindicalistas, ni aliados políticos (o sus esposas), ni quienes han hecho campaña a favor del partido, ni cosas de ese estilo. En este mandato y en la plantilla municipal, no. Debo suponer que Doreste se lo estaba advirtiendo públicamente a sus ahora socios, porque sí recuerdo casos de ese enchufismo en la época de algún concejal de personal, aunque sea muy feo señalar. Si alguien tiene dudas, es fácil resolverlas: ¿comparamos el periodo 2007/2011 y el periodo 2011/2015?
Deseo fervientemente que este grupo de gobierno lo haga muy, pero que muy bien. Que el pacto funcione, mejorando la calidad de vida en nuestra ciudad. Que seamos una ciudad modélica, con una administración ejemplar. Pero los gobernantes deben basar sus planteamientos en datos y realidades, no en falsedades. En el nuevo gobierno municipal, me agrada ver concejales potentes, que me impresionaron positivamente por su rigurosidad y coherencia en su etapa de oposición (Romero, Ramírez?). Otros tienen una trayectoria encomiable (Galván, Armas, Millares?). A algunos les tengo aprecio personal (Quevedo, Medina?). Estoy orgulloso de que personas así sean los elegidos para gobernarnos.
Pero necesitamos que hagan su trabajo bien y que les salga aún mejor. Por nuestra ciudad. Y, por eso también, les deseo mucha, mucha, mucha suerte? Pero, al que redactó el Pacto, también le recomiendo una visita urgente al oculista, para que le trate la presbicia, pueda leer cómodamente los boletines y no tenga que equivocarse tanto.
José María Cabrera Domínguez. Funcionario de carrera que ocupó entre 2012 y 2014 la Dirección General de Recursos Humanos y Seguridad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria o@epi.es
