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Política

Cambio de ciclo

Por fin conocemos la fecha de la gente: el 20 de diciembre. Consciente del desapego y hartazgo que produce su gobierno a la mayoría de la sociedad española, Rajoy ha querido apurar hasta el último minuto confiando que su aparato de propaganda, repitiendo una y mil veces el milagro de la recuperación económica, lo convierta en verdad. Como si la realidad no fuera un testigo sólido del tremendo sufrimiento social que la mayoría de nuestro pueblo sufre y de quiénes son culpables.

La recuperación anunciada no solo no está creando riqueza en la mayoría, por el contrario, reparte miseria. Así, aun con trabajo, dada la devaluación de sueldos y derechos laborales practicada por los gobiernos de Zapatero y Rajoy, hay miles de trabajadores y trabajadoras pobres. El mantra "jornadas más altas, sueldos más bajos", que han repetido desde el inicio de la crisis la jefatura de la patronal y la troika, y que han aplicado sus gobiernos obedientes, lo ha hecho posible: trabajando, miles y miles de familias no llegan a final de mes, no cubren sus necesidades vitales. Y ahora, en época electoral, cómo no, nos sacan el conejo de la chistera ¡eh, voilà!, nos dicen: "Nosotros hemos hecho el milagro de la recuperación".

No hay tal milagro para la mayoría social. Detrás de esta propaganda no hay sino el deseo y la necesidad de la minoría opulenta, de esa que ha visto crecer sus ingresos a costa del sufrimiento ingente de millones de personas, de perpetuarse en el poder, y lo hacen vendiendo humo, engañando... no puede ser de otra manera.

Debemos abrir bien los ojos. Estamos sin duda, ante el proceso electoral más importante desde 1978. Se trata de una trascendental batalla política que debe llevar a un cambio de ciclo, y con tres contendientes en liza en la oficialidad, pero políticamente, realmente, es una lucha a dos: Ppsoe / Podemos. El bipartidismo, culpable directo y hacedor de las políticas del austericidio y el terrorismo económico que ha matado a mucha gente desde el inicio de eso que se dio en llamar crisis, anda ya con sus estrategias electorales: unos a maquillarse de podemistas hasta el punto de plagiar sin pudor ni rubor alguna parte del programa de Podemos, al menos aparentemente; otros tratan de emparejarnos con el guapo Barón, cuando en realidad quienes están ennoviados y con celestina incluida a modo de expresidente, son ellos. Véase Cataluña o, claramente en Europa, por ejemplo en la votación del TTIP, Grecia, etc. A modo de hermanos siameses unidos por la espalda, uno mirando a la izquierda y otro a la derecha, la columna vertebral del bipartidismo, es decir, sus políticas económicas y sumisión a los dictados de la troika, es la misma.

Se intenta vender, encuesta tras encuesta, la subida de ellos (Ppsoe) y la caída de Podemos, pero ni una ni otra lo son tanto. En la última encuesta de la Cadena Ser, Podemos está a la cabeza en intención de voto. Pero el rasgo que va a singularizar y que está caracterizando ya en buena medida, con trazo muy grueso, la cercana confrontación electoral no es tanto que se trata de unas elecciones a la presidencia del gobierno, lo que no sería muy novedoso. Lo nuevo realmente es que, seguramente, por primera vez desde la llamada transición política, resulta posible y probable el triunfo de las fuerzas que representan el sentir de la democracia real.

La posibilidad de esta perspectiva puede determinar una dinámica de agrupamiento en torno al referente Podemos, de progresión creciente según se acerque la hora de decidir en las urnas. Tanto más próximas, más simplificadas las cosas y más polarizados los bloques en lucha. Los trabajadores, trabajadoras, y las capas democráticas, incluso sectores que se han podido alejar de Podemos, terminarán subjetivizando lo que es un presupuesto objetivo concreto aquí y ahora: la necesidad tiene al alcance su realización y sólo Podemos puede hacerlo.

Cuando en la conciencia se asocia la necesidad con la posibilidad se despiertan y reactivan grandes energías transformadoras. Es nuestra tarea potenciar esta posición movilizadora y facilitar los cauces para que nos reconozcan y se despliegue en torno a Podemos.

Millones de personas en España, millones de personas en Europa, están pendientes de nosotros y nosotras. Nos toca escribir la Historia con mayúsculas, caminar hacia ese otro mundo posible donde la economía esté al servicio de la mayoría. Sin cambio político no habrá cambio de ciclo. Que esta vez el presidente del Gobierno de verdad, lo sea del pueblo.

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