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Cincuenta años de turismo en las Fiestas del Pino

Al llegar a la Calle Real vemos por vez primera el reflejo del sol en los bloques de piedra de la Basílica de Ntra. Sra. del Pino de Teror. A nuestro alrededor cientos de personas disfrutan con los últimos metros de la romería ofrenda y esperan con nerviosismo el momento de poder contemplar de cerca a la Virgen. La devoción y felicidad compartida con familiares, amigos y vecinos se amontonan detrás de una carroza, formando esa galería de recuerdos exclusivos de la víspera del 8 de septiembre.

Ha llegado el día en el que los grancanarios y las grancanarias caminamos hasta Teror para pedir a la Virgen o cumplir con una promesa pasada, y es que durante las Fiestas en Honor a Ntra. Sra. Del Pino las costumbres canarias, que nos definen como pueblo, se dan la mano para celebrar por todo lo alto que estamos orgullosos de nuestras raíces. Enfundados en enaguas, corpiños, fajines y cachorros compartimos

con quienes caminan a nuestro lado todo lo que llevamos en la carroza, independientemente de si ha nacido en Canarias, es peninsular o un turista llegado del extranjero.

La romería de Teror es siempre especial y quien viene por primera vez suele repetir al año siguiente, en busca de las mismas sensaciones que le recorrieron el cuerpo mientras comía, bailaba, cantaba y reía por las calles de la Villa Mariana. En esta fiesta no se le niega nada a nadie, ya sean unas buenas papas con mojo, un enyesque de queso tierno, un huevo duro o un buchito de vino.

De fondo suena un timple y alguien se arranca con una sentida folía. Al mismo tiempo un rezagado saca su cuchara y empieza a rascar una botella de anís, lo que provoca que la gente baile mientras se van uniendo voces en honor a la Virgen del Pino. Memorias imborrables que pasan de generación a generación, como un legado eterno que debe perdurar en la sociedad.

Así lo entendían nuestros antepasados, que se esforzaron para que las Fiestas de Teror fuesen una auténtica celebración popular. En 1965, la Subsecretaría de Turismo le concedió la denominación de "Fiesta de Interés Turístico Nacional", por lo que este verano celebramos el cincuentenario de un nombramiento histórico, que destaca el papel fundamental que juegan nuestras tradiciones en la promoción exterior de Gran Canaria.

En colaboración con el Ayuntamiento de Teror, el Cabildo de Gran Canaria y el Patronato de Turismo de Gran Canaria quieren recuperar el reconocimiento honorífico perdido en 1980, y lograr que las Fiestas en Honor a Ntra. Sra. Del Pino sean declaradas "Fiesta de Interés Turístico Internacional".

Hace cincuenta años reconocieron el potencial promocional que tiene nuestra fiesta más arraigada, por lo que ahora nos toca a nosotros luchar para mantenerla viva y conseguir que tanto los canarios, como aquellos que están descubriendo los secretos de nuestra isla por primera vez, sientan la misma devoción y orgullo que nuestros mayores.

Los turistas actuales buscan vivir experiencias auténticas que no puedan disfrutar en sus hogares de origen. Quieren crear recuerdos que les marquen para siempre y que sirvan de refugio cuando estén enfrascados en su monotonía diaria. Las Fiestas del Pino reúnen todo lo necesario para servir como reclamo turístico y diferenciarnos de otros destinos, por eso es fundamental que se las reconozca como "Fiestas de Interés Turístico Internacional".

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