Con el máximo respeto y con el mayor deseo de que este escrito contribuya a tomar decisiones que mejoren el Servicio de Oncología de la planta 3 del Hospital Insular de Las Palmas, quiero expresar algunos hechos que, como paciente, pienso que no deben continuar ocurriendo y necesitan que se tomen algunas decisiones.

Respecto a los profesionales, quiero expresar mi admiración, mi agradecimiento y afecto por el trato recibido, a pesar de las situaciones de estrés a las que se enfrentan, casi continuamente, durante su jornada de trabajo.

Durante los tres años que llevo acudiendo a este servicio, he visto cada vez más pacientes pero no he visto mejoras en recursos materiales: no sólo el espacio físico se hace pequeño, sino que a veces hay que hacer colas de pie y, si hay sillas li-bres, no son muy cómodas pa-ra estar tanto tiempo sentados esperando.

Tampoco he visto que aumenten los profesionales, sino que cada vez son menos en relación con la demanda, y que es obvio que no tienen el tiempo suficiente para una atención adecuada a los pacientes que atienden.

Lo que me ha animado a hacer este escrito es la sensación que tuve un día, mientras esperaba que me atendiera el oncólogo. Sentí que venir al hospital era la situación estresante más intensa que tenía durante toda la semana y que, en vez de ve-nir a curarme, estaba viniendo a un lugar donde me enferma-ba más. Comprobar que cada vez somos más pacientes, que las colas son más largas, que los tiempos de espera nos desesperan y superan la pacien-cia normal de la mayoría de los pacientes, me hace afirmar que no es justo seguir callados ante la gestión del Servicio de Oncología.

No es justo tener cita para las 9.30 y ser atendido a las 12.30. No es justo que la hora de consulta sea a las 11 y ser atendido a las 14.15. No es justo esperar 40 minutos en la planta 3, para que nos den un papel escrito a mano con las próximas citas, y luego tener que ir a la planta 1 a esperar 45 minutos más, para que nos den la misma cita pero en un papel escrito en el ordenador. Creo que el tiempo es una fuente de poder para cualquier persona, porque no es sólo oro, sino que es la vida, que quizás sea lo que más se valora cuando uno tiene que acudir al Servicio de Oncología.

No quiero extenderme haciéndole sugerencias en este escrito para mejorar, ya que ahora estoy en el rol de paciente y no de profesional de la salud y la gestión, pero le invito a que como órgano superior tome las decisiones urgentes y necesarias para mejorar la calidad de las condiciones en que se está atendiendo a los pacientes oncológicos en el Hospital Insular. Gracias anticipadas por las nuevas medidas que mejoren el Servicio de Oncología.

(*) jasaavedra@ecologiahumana.es