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El análisis

El único desafío: unir Oriente y Occidente frente a los cobardes terroristas

Si a alguien se le pasa por la cabeza nuevamente que al terrorismo internacional se le combate con más invasiones, más guerras y más violencia, es que no tiene memoria reciente y no es consciente de que todo eso ya se ha puesto en marcha en Afganistán, Irak y decenas de países y para lo único que ha servido es para incrementar aún más la violencia, crear más terror, crear más guerras y destruir más la humanidad, recordemos al trío de las Azores, que pensó que con esa estrategia de sabiondos todo iba a cambiar y si miramos hacia atrás, de nada ha servido el plan de los chicos de las Azores, la violencia crea más violencia y eso no es de ahora, es desde que el mundo es mundo? y lo estamos pagando con creces. Partiendo de que no es nada fácil una salida a esta situación, desde luego, porque estamos ante descerebrados y fanáticos, pero desde Occidente debemos apostar y abrir otras posibilidades, porque esta situación está creando el objetivo prioritario que se han trazado los terroristas: impulsar la psicosis en la humanidad.

Todo terrorismo trata de extender el terror al mayor número posible de ciudadanos, elige víctimas inocentes y no acepta límites en su acción violenta. La magnitud de un acto terrorista no está determinada por el tamaño del ataque, o por el número de víctimas o por el daño causado en los materiales, sino por su impacto psicológico. Por supuesto las trágicas muertes y los actos de violencia son las herramientas que usan los terroristas para colar el miedo debajo de las puertas. Nos meten el miedo en el cuerpo, aumentan las alertas, ponen a la humanidad en vilo y las ciudades patas arriba, enviamos soldados para destruir sus bases y posiciones. Y mientras todo esto ocurre, mientras desalojamos calles, aeropuertos, estaciones etc., y nos manifestamos en las calles contra esa violencia, los terroristas se hartan, mofan y se deleitan con sus victorias, preparando y pensando en el siguiente atentado. El terrorismo se retroalimenta cada vez más cuando se le ataca, ahí tenemos el ataque a Husein en Irak, al líder libio Gadaffi, a los islamistas en países como Pakistán, Malí, Afganistán, etc. y nunca se han asegurado procesos de construcción de paz en esos lugares, ni procesos de bienestar para la ciudadanía, y todo ello es la semilla que usa luego el terrorismo es esos lugares para alimentar el extremismo y el fanatismo. El terrorismo es por supuesto antidemocrático, porque no tiene en cuenta ni las urnas ni mucho menos la opinión pública; es una herramienta fanática, un arma psicológica para derribar, necesita de la propaganda del miedo para llevar al mundo su contenido religioso, político e ideológico. Los terroristas deben cometer atentados para mantener su prestigio, no aceptan en absoluto la negociación, la perciben como un deshonor, no admite ni tolera el disenso, es difícil disolver grupos y cuando esto sucede se convierten en ramas más violenta. El terrorismo yihadista tiene sus causas en un contexto provocado por los conflictos en Oriente Medio (Afganistán, Siria, Irak, Palestina), la inestabilidad en el Norte de África, Sahel, Golfo de Guinea? por otro lado aparece el fracaso islamista en la llamada Primavera árabe, a todo esto hay que añadir factores estructurales como enorme pobreza, desigualdad, desempleo, falta de integración en las sociedades occidentales por musulmanes que perciben exclusión, racismo y xenofobia. Todo este contexto favorece la radicalización, conduce todo ello al fundamentalismo religioso como siguiente paso y de ahí al extremismo violento que conduce a matar o morir en nombre del islam.

Todo proceso de salida a esta grave situación no puede permitir nunca jamás la cesión, ni por supuesto doblegarse ante las demandas terroristas, ni mucho menos debilidad de las instituciones democráticas internacionales, pero desde Occidente, además de un plan de seguridad internacional, un protocolo internacional eficaz para desmantelar a los terroristas, es necesario que se modifiquen factores estructurales y culturales que conducen a la violencia, fomentando cada vez más unas relaciones internacionales basadas en la multiculturalidad y la seguridad humana, por encima de los intereses económicos y el militarismo, es importante invertir pero de verdad y seriamente en procesos de integración, a través de la educación para el respeto y la tolerancia, incentivar hoy más que nunca en iniciativas de paz que logren más alianzas con todos los países árabes. Por supuesto que hay que degradar al Estado Islámico en la situación actual, pero no solo por vías militares, que nutren más el extremismo, hay que lograr espacios que reduzcan su pobreza, la desigualdad y la injusticia social, no podemos seguir teniendo en el mundo una juventud desmantelada, sin horizonte, sin perspectiva de futuro, pues es la carne de cañón que usan hoy los terroristas para reclutar a miles de jóvenes radicalizándolos y ofreciéndoles un mundo mejor que en el fondo lo que le ofrece es la destrucción de la humanidad y su propia destrucción como persona y su futuro? Hay que trazar con todas las civilizaciones espacios de encuentro, espacios de intercambio, de verdadero respeto mutuo, hay que acudir al inmenso mundo árabe, a sus hombres y mujeres que desean la paz en el mundo y decirles con claridad que por encima de Oriente y Occidente, está la humanidad y que juntos todos debemos avanzar en una gran Alianza de Civilización sobre la base del respeto a sus religiones, creencias e ideas y juntos derrotemos a los terroristas fanáticos, ellos no son Oriente, esos cobardes solo son terroristas repugnantes sin pudor. La inmensa mayoría de los hombres y mujeres de Oriente y del mundo árabe desean que el desafío de este siglo sea la unidad de la humanidad, la alianza de las civilizaciones y caminar juntos para construir un mundo en el que no exista Occidente ni Oriente sino solo un mundo de respeto y solidaridad internacional... Me apunto al desafío?

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