Desde 1990 se conocen estudios muy rigurosos sobre las razones de por qué los jóvenes abandonan la practica deportiva. La Universidad de Michigan, en 1990, dirigió el mayor estudio realizado nunca sobre la participación de los niños y niñas en el deporte. Martha Ewing y Vern Seefeldt entrevistaron a 10.000 estudiantes de los que un 45 % de 10 años practicaban deportes. Sin embargo, a los 18 años sólo eran un 26 %.

Las razones fundamentales para este descenso de casi un 50 %, según las conclusiones del estudio, eran que perdían interés, no se divertían, el entrenador era un mal profesor, había demasiada presión, el entrenador hacía jugar a sus favoritos y se daba demasiada importancia a la victoria.

En España, investigaciones como la financiada por la Obra Social, Fundación "La Caixa", y dirigidas por Moscoso y Moyano en 2009, establecían que tenemos una sociedad cada vez más sedentaria. Menos de la mitad de la población practica deporte y sólo dos de cada diez personas practica alguna actividad física o deportiva habitualmente. También se llegaba a la conclusión de que los actuales jóvenes españoles representan una generación en la que los estilos de vida sedentarios han comenzado a consolidarse.

Los jóvenes escolares no tienen el hábito de práctica de actividad física y deportiva. El abandono progresivo en la adolescencia produce estilos de vida inadecuados con la consecuencia de enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial y ciertos tipos de cáncer. Las tasas de obesidad infantil y juvenil como consecuencia del sedentarismo son preocupantes al estar por encima de los niveles recomendados y además suponen un "desafío muy importante para la salud pública mundial" según estipulaba desde 2004 la Organización Mundial de la Salud.

Las administraciones y entidades públicas deportivas, educativas y sanitarias tienen con la educación física y el deporte escolar un reto inexcusable, para conseguir mejorar la calidad de vida de los niños y niñas en edad escolar, favoreciendo la adquisición del hábito de práctica regular de actividad física y deportiva. Si conocemos las razones del abandono prematuro de la práctica deportiva en edad escolar, si sabemos las repercusiones del sedentarismo en el organismo, mucho estamos tardando en mejorar la adherencia al ejercicio físico de forma sistemática, para que produzca efectos positivos en nuestra salud.

Por lo tanto, ante esta situación, es necesario pensar qué aspectos son necesarios cambiar para conseguir mejorar y lograr que las tasas de obesidad infantil disminuyan con la práctica regular de actividad física y deportiva y adecuados hábitos de alimentación. El objetivo general es el de incrementar el número de personas que incorporen a su vida el hábito del ejercicio físico regular, para mejorar su salud y como consecuencia su calidad de vida.

En el modelo de deporte en edad escolar, en el que la competición se ha constituido como el único objetivo y en una sociedad en la que hay más y mejores recursos y conocimientos, la autocrítica debe favorecer un nuevo tipo de pensamiento que pueda propiciar acciones a favor de las soluciones pertinentes.

Pero hay que tener en cuenta algunos factores para conseguir la adherencia a la práctica de actividad física y deportiva: las capacidades de los niños y niñas respetando los niveles de aprendizaje según la edad, los métodos de enseñanza que utilicemos y la motivación. Y para conseguir que nuestros niños y niñas estén motivados, los contextos en los que se propicie la participación, el disfrute, el aprendizaje progresivo y la salud son los más adecuados.

Profesor titular, director del Diploma de Estudios Canarios; Universidad de Las Palmas de Gran Canaria