Desde hace muchos años no se ve una temporada de invierno con tanto turismo en Las Canteras. ¡Qué bueno! No hablamos de los cruceristas, sino del turismo que pasa los días, las tardes y las noches con nosotros. El que deja riqueza, y al que hay que mimar y cuidar para que repita y propague nuestras maravillas.

Pero tenemos tantas cosas que mejorar ?

Suciedad, calles mal iluminadas y hasta prostitución son algunas de las lacras que perviven en la trastienda de Las Canteras, pese a que todos estamos universalmente de acuerdo en que nuestra playa es una joya.

No nos podemos permitir que la zona turística "de atrás" esté tan fea y decadente, con locales de ocio y de restauración que no reflejan la calidad de la playa que tenemos delante.

Aplaudimos los locales con calidad, repudiamos los cuchi-triles.

Hay prostitución desde que cae el sol: que las autoridades se den una vuelta por la calle Secretario Padilla para que vean el panorama, sin contar con el entorno del hotel Astoria.

Se necesita más seguridad las 24 horas, tanto en el paseo como en las calles interiores del istmo. Hay que dar confianza al visitante para que salga, para que vaya a cenar y después a echarse una copa, que para eso está de vacaciones. Algunos panoramas dan vergüenza ajena.

Desde hace años pedimos un gran plan global para actualizar, ordenar y rehabilitar las calles peatonales del barrio, que son igual de importantes que el mismo paseo, que, por cierto, también se debe revisar.

Este invierno tenemos más visitantes que nunca, y es verdad que muchos de ellos regresan año tras año a pesar de esas calles traseras que llevan mucho tiempo sin estar a la altura. Pero no podemos conformarnos: ni por nuestros visitantes, que no se lo merecen, ni por nosotros, que tampoco podemos tolerar que esta situación se siga eternizando.

Debemos exigir al Ayuntamiento, principal responsable, y también a nosotros mismos -verdaderos propietarios de la playa- que la trastienda del paseo esté a la altura del nuestro mejor regalo.