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Houdini, Doyle y Hawking

Arthur Conan Doyle estaría encantado de protagonizar una serie como Houdini y Doyle por muchos motivos, pero el más importante sería ver que, por una vez, su personaje más famoso, el detective Sherlock Holmes, no aplasta a su creador. La relación entre Doyle y Holmes, entre el escritor y su personaje, no fue nada fácil, así que está muy bien que Houdini y Doyle se desarrolle en la época en la que Doyle ya había matado a Holmes en El problema final. Conan Doyle siempre dijo que escribía por dinero, y que no le importaba si lo que publicaba era bueno o no mientras le mereciera económicamente la pena, así que es seguro que Doyle habría aceptado escribir los guiones de Houdini & Doyle y, además, estaría orgulloso con el resultado porque la serie es muy entretenida, divertida, bien ambientada y original no sólo porque convierte a Doyle es una especie de Watson y al mago Houdini en un Holmes, sino porque Doyle es un Fox Mulder de principios del siglo XX y Houdini una Dana Scully con habilidades escapistas.

Houdini es el escéptico y Holmes el creyente en poderes paranormales, pero ya sabemos que los aparentes misterios sobrenaturales de cada capítulo de Houdini y Doyle tendrán al final una explicación racional, como ocurría con la serie Scooby Doo. El auténtico Conan Doyle era un ferviente defensor del espiritismo que llegó a aceptar la autenticidad de las hadas de Cottingley, unas fotos que supuestamente mostraban hadas reales y que resultaron ser un engaño, y declaró haber contactado con su hijo Kingsley, que había muerto a causa de la llamada "gripe española". Houdini fue un maravilloso ilusionista y un escapista genial que luchó contra el espiritismo y la creencia en fenómenos paranormales. Doyle y Houdini fueron amigos, aunque terminaron enfrentándose por estas cuestiones. El escapista y el escritor, el azote del espiritismo y uno de sus defensores más convencidos, sonreirían al verse en una serie de televisión porque, del mismo modo que Stephen Hawking quería que sus libros se vendieran en los quioscos de los aeropuertos, Houdini y Holmes son héroes de la cultura popular que merecían una serie de televisión a su altura. Más Houdini, Doyle y Hawking en los quioscos y en la tele, y menos Ana Rosa Quintana.

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