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Zigurat

Las sugerencias de Obama

Antes de dejar España Obama le recuerda a Rajoy que la desigualdad trae el populismo, alimentado poco a poco por las incoherencias y abandono de las políticas sociales.

Que Obama le haya recomendado a Rajoy, presidente de un partido que en ocasiones se vuelve populista y demagogo como pocos, que no descuide a sus ciudadanos parece una ironía del emperador: se ha tenido que ir antes de que terminara su visita por esas mismas causas, de las que Norteamérica es campeona mundial y no tiene ni ha tenido rival en el maltrato a los negros en la breve historia nacional. El presidente es negro, ya lo sé, pero hay negros que no quieren serlo, porque su vida no es la misma que la de los blancos, así estén en posiciones económicas elevadas dentro de sus guetos. Obama es un asimilado, un heredero de la cultura religiosa de su país, transida de una teología de la compasión y la beneficencia. Como para muchos ser rico es estar tocado por la gracia de dios -y en esto hay casi unanimidad en los cientos de confesiones cristianas que hay en el país-, pues ayudar al otro se convierte en un asunto de limosna, en mantener la cabeza fría cuando te encuentras con un desheredado.

Obama es del norte, de la región a donde llegaron miles de negros cuando se abolieron las leyes esclavistas; y venían desde el sur, algunos con las marcas de los grilletes todavía. Pero allí tampoco prosperaron tanto como se pensaba, seguían siendo personas de segunda para los más compasivos y gente sin importancia para los racistas.

Y es tan agudo el problema que estamos ante uno de los países más racistas del mundo: los datos en acceso a educación superior, los test de inteligencia trucados, los puestos relevantes en las grandes empresas o simplemente la asistencia social, en estos parámetros la comunidad afroamericana está en último lugar.

Y estamos viendo a tiempo real cómo los tirotean y cómo los pisotean sin el menor escrúpulo. Hasta la segunda mitad del siglo pasado era la comunidad elegida para experimentar con vacunas contra casi todo y también en ensayos de control de natalidad, aunque en este punto hay regiones que han sido más agresivas, como China.

Planeando sobre su cabeza, sobre la historia que no los tiene en cuenta, Obama siente el eco de los años sesenta, el de la movilización por los derechos civiles de los negros y también del asesinato de sus líderes. Aún con todo este despropósito en la columna del debe en la historia reciente, a Obama le han matado a cinco policías blancos, y lo que me preguntó es de qué manera enfrentaría el gobierno de EE UU si hubieran sido negros los caídos, pero como el estado social de los negros no ha cambiado, es posible que surjan réplicas dolorosas. Más de 120 negros han muerto violentamente por la policía en lo que va de año y cuanto más al sur te vayas más agresividad y exclusión te encuentras. Pero Obama ve el mundo negro como si no fuera con él, porque él está en el lugar donde los negros quisieran estar, acomodado en la clase alta y en barrio de blancos.

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