Una atenta lectora que no identifica su procedencia dice lo siguiente tras unos días en Playa del Inglés: "He quedado deprimida en una playa tan bonita con las zonas comunes tan abandonadas; aceras rotas y sucias; miradores, igual; no hay contenedores suficientes para las bolsas de basura; no hay música en las terrazas ni plazoletas. Hace falta música en las zonas públicas y, de paso, se llenarían los negocios, no solo ganarían los hoteles".