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Ritos de paso

La esencia del sistema

El otro día un amigo periodista me confesaba que estaba aburrido con lo que está pasando en la vida política de este país. Normal: ese era uno de los objetivos de toda esta turbamulta. Aburrir, incluso hartar a todo el mundo, señalar a un culpable, repetir su culpa hasta la saciedad desde todos los altavoces mediáticos que se controlan, es decir, todos, y esperar a que le den los suyos un poquito para que ceda el paso. No es necesario citar a nadie, nombres, apellidos, siglas, porque se entiende bien sobre lo que estoy escribiendo. Puede que a la hora que vea la luz esta columna, estemos en la antesala de otro capítulo de ese proceso de adocenamiento general de las personas en forma de segunda votación fracasada. Y después de eso, ¿qué? Pues lo de siempre: aún queda algo que ver de la Vuelta Ciclista a España, algún partido de la Roja, los juegos Paralímpicos, carreras de motos y coches? y los paseos por los senderos de Pontevedra, que dan mucho juego y a todos los analistas les parecen muy bien o resultan indiferentes, cosa que no ocurre cuando otros se toman unos días de vacaciones y aparecen en bañador. Después, el último domingo de mes, la fiesta de la democracia en Galicia y en Euskadi, con lo cual, todavía queda tiempo para tomar decisiones y que el mono hable inglés. Se trata de un lampedusismo exacerbado -alguien lo mencionó en el congreso de los diputados- porque parece que todo está revuelto y patas arriba lo cual implica adaptación, cuando ha ocurrido lo contrario: el sistema, el Poder con mayúsculas, en una pirueta de cierto riesgo pero con red, ha conseguido travestir su apariencia, colocar ingenuas señales de peligro para poder entonar un eufórico "venid y vamos todos con flores a Mariano" y así podemos seguir haciendo caja. Solo un caso, el empleo. Para crear poco más de ochenta mil nuevos puestos de trabajo hace falta generar un millón de contratos: ocurrió en julio de este año, en este país, y se jalearon las cifras con éxito, aunque no esta, claro. También hay menos parados por otras razones, porque no renuevan su solicitud de empleo o ya no dicen que están sin trabajo cuando les preguntan: más de medio millón de personas. Otro caso, eso que dicen despectivamente "remover el pasado", solo Camboya nos gana en fosas comunes y cadáveres por las cunetas sin identificar. Lo dicho, el aburrimiento y el cansancio, para que todo siga igual.

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