Cuando escuché que todo el Comité Federal del PSOE iba a participar en la nueva edición de Gran Hermano VIP no me lo podía creer. Estaba preparado para la última temporada de Breaking Bad, con las tarjetas black y la Gürtel como plato fuerte, pero no para esto. Verlos entrar en la casa rodeados de periodistas fue hipnótico. Y no faltaron anécdotas esa noche, como la chica a la que no dejaron pasar, aunque ella decía que era la máxima autoridad. Curioso.

Al llegar todos decían que eran muy "coleguis". El programa les preparó una fiesta de bienvenida y algunos aprovecharon para ligar, pero la situación acababa siempre con un "no es no". Incluso pudimos ver un intento de pico (1) dando paso a una cobra (2) espectacular. Luego miraban a la cámara del baño y repetían que se querían mucho. Yo tenía mis dudas.

Al par de días sacaron los juegos de mesa. Empezaron con el ¿Quién es quién?, algo inofensivo, pero terminaron fatal. Luego sacaron la baraja y se pusieron a debatir sobre a qué debían jugar. Unos apostaban por el Desconfío, otros por el Asesino, pero al final se impuso Susana y todos jugaron a Pumba. Desastre, porque cada uno jugaba con diferentes reglas y se formó el lío. A César Luena se le ocurrió que, para no discutir, lo mejor sería cambiar de pasatiempo y sacó de su mochila el Enredo. Y ahí les vimos las vergüenzas. Unos sobre otros, rojos del esfuerzo, algunos enseñando la hucha por culpa de una posición Cirque du Soleil Amateur que resultaba poco estética, la verdad. Todos decían que no pondrían la mano izquierda en el color azul, pero sin mucha convicción.

Una mañana Pedro se levantó a desayunar y Susana estaba en la cocina. Se miraron en duelo. "¿Estás enfadada?", le preguntó él. "No", dijo ella. Pedro insistió, "en serio, ¿he hecho algo malo?" "Tú sabrás...", le contestó antes de irse, superdigna. Los tertulianos debatieron con Jorge Javier a cuento de esta conversación durante horas sin llegar a ninguna conclusión. Tampoco sobre quién le hacía la cama a quién.

Florecieron los bandos y los pactos. Como Pedro tenía más posibilidades de ganar fueron a por él. Mientras entraba al confesionario, donde le pasaron una llamada de un tal Felipe, que quería sa-ludar cuchillo en mano, el grupo de Susana votaba para nominarlo. Cuando salió estaban todos a galleta limpia. Se gritaron, se sofocaron, Susana terminó llorando (ya saben que en la casa todo se magnifica) y Pedro decidió dimitir del concurso. Unos dicen que ese día se acabó el PSOE, los que siguen dentro de la casa repiten que no, que son una pandilla muy unida, pero lo que está claro es que en esta edición no dejarán votar a los espectadores quién se queda y quién se va. Y eso baja las audiencias, muchísimo.

(1) Beso inesperado de rápida ejecución directo a la boca. Resulta inofensi-vo si se lleva a cabo dentro de una pareja estable pero las consecuencias al realizarlo en el ámbito de la soltería son impredecibles.

(2) Movimiento ágil de cuello, evasivo y amenazante a la vez, que sirve de defensa ante posibles picos. Peligroso si se realiza sin un calentamiento adecuado, suele ser el primer paso antes de realizar un Matrix (3).

(3) Movimiento evasivo de cintura que sirve como defensa ante Picos Supreme. De complicada factura, resulta bello y artístico visto desde fuera.