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El callejón del gato

El cuarto protocolo

El discurso de investidura de Mariano pasó sin pena ni gloría, a pesar del esfuerzo que realizó para dejar patentes los cuatro puntos que conforman el eje de su oferta, los puso sobre la mesa consciente de su exigua mayoría minoritaria.

A saber, primero, la defensa a ultranza de la unidad de España, que al menos en principio los partidos constitucionalistas no cuestionan; segundo, el cumplimiento de las exigencias de Europa, un tanto de lo mismo; tercero, la aprobación de los presupuestos y, finalmente, en cuarto lugar, expuso su propósito de no renunciar a los logros obtenidos en materia laboral, crecimiento y en lo concerniete a la política jurídico/económica. En esta última cuestión es cuando va tropezar de bruces con toda la oposición, incluido con Ciudadanos, a pesar de la centena de puntos que recoge el acuerdo de gobierno firmado por ambas partes.

Puede darse la circunstancia, a pesar de los pesares, que sea una nueva oportunidad para hacer las reformas necesarias, si se es capaz de mantener un clima social tranquilo, que nos permitiese meternos definitivamente en la Europa que tira del carro ahora que la pérfida Albión ha decidido ir por libre.

De momento, como muestra de buena voluntad, realizó la primera concesión al PSOE, congelando las reválidas que en el campo educativo no contentaban a la mayoría parlamentaria. Llevamos décadas a trancas y barrancas con el sistema educativo, a expensas de los caprichos de los partidos según les toque a unos o a otros la cosa del mandar. La cruda realidad es que en el ranking mundial de universidades, la primera española aparece en el puesto doscientos y tantos, donde por una igualdad de oportunidades mal entendida, nos hemos empeñado en que todo el mundo tenga acceso a la universidad esté o no cualificado para ello. Quizá, por aquello de que destinan cuatro veces más a investigación, las universidades inglesas cuentan a lo largo de su historia con más de ciento noventa galardonados con el Nobel.

Cuando un chico tiene la oportunidad de estudiar en una de las mejores universidades inglesas, después de pasar muchos de esos considerados denostados filtros, es consciente de que allí ni se suspende ni se repite pues te mandan a casa y, a otra cosa mariposa. Sabes el día que empiezas y también, no menos importante, el que acabas; nada que ver con lo que existe y queremos que persista en España.

En definitiva, nos encontramos ante una nueva transición, con un nuevo gobierno recién salido del horno. Todos los partidos deberán estar a la altura del momento y dejar el panorama despejado al menos para los próximos veinte años, con una hoja de ruta, sin que estemos de sobresalto en sobresalto como en los últimos tiempos.

Las oportunidades son como los amaneceres: si esperas demasiado, te las pierdes.

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