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Javier Durán

Reseteando

Javier Durán

Un portavoz otoñal

Íñigo Méndez de Vigo, el rostro del PP en minoría, se presentó ante los periodistas con la intención de abrir época, que por algo es IX barón de Claret: evitó cualquier turbulencia sobre lo que está por venir, y se puso empalagoso perdido con bromas y carantoñas ante preguntas con segundas, a las que paró con el perfil de un bonachón que colecciona mariposas. El que llegó para sustituir al inefable José Ignacio Wert logró, al menos, pacificar el sector educativo y bajar el tono crítico del mundo cultural, y todo ello sin hacer nada. Algo poco difícil dado que la especialidad del sociólogo parisino era romper un plato todos los días y manchar las paredes con los restos de salsa. Su sustituto, en cambio, parece que acaba de salir de una botella de colonia, siempre muy dispuesto a abrir la puerta del Jaguar a su acompañante o a pasarle el pañuelo de lino al menor indicio de carraspeo, todo muy proustiano. Méndez de Vigo, en consonancia con esta levitación, realizó un llamamiento al diálogo de altura, tal como le insistió su jefe. Rajoy quiere que en los encuentros tras los Consejos de Ministros su subordinado reparta caramelos (mejor de licores), esparza una insoportable levedad del ser sobre la canallesca, y todo el mundo se vaya para casa sin llevarse nada en el buche, como ha ocurrido con su primera comparecencia. Se habla tras los nombramientos del signo de Cospedal y de los rebuznos de Zoido, nuevo ministro del Interior, en la alcaldía de Sevilla, pero es realmente la vaselina de Méndez de Vigo la que va a tratar de poner en vigor la creencia de que este ejecutivo se va a dejar la piel negociando. Y para ello está este señor tan otoñal, casi pasajero de una calesa lenta y pesada, que lleva escrito en su frente: "dos no se pelean si uno no quiere". Se pasa pues de las altas capacidades encapsuladas en Soraya a un portavoz que se va a esmerar con su charme a desdibujar las aristas de la política. Ha tenido talante con la Lomce, sus ruedas de prensa parecen un balneario y ahora tiene por delante cerrar el pacto educativo prometido a Ciudadanos.

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