La Academia de Hollywood hizo realidad ayer el "sueño" del actor hongkonés Jackie Chan al entregarle un Óscar honorífico en una velada repleta de estrellas, muchas de las cuales lucharán próximamente por una de esas estatuillas del cine. "No me lo creo, realmente esto es un sueño", acertó a decir Chan al recoger su Óscar de manos del humorista Chris Tucker (su compañero en la saga Rush Hour) sobre el escenario del Ray Dolby Ballroom, una sala adyacente al Teatro Dolby de Los Ángeles, ante más de 1.000 espectadores.

Fue Tom Hanks quien se encargó de presentar al premiado, equiparándole con figuras míticas de la industria como Buster Keaton o John Wayne por su carisma y condición física.

"Es un honor. Recuerdo cuando veía los Óscar y mi madre me decía cuándo ganaría uno. Yo le contestaba que solo hacía películas de acción... Y mira, 23 años después, aquí estoy", recordó el intérprete de 62 años, acompañado de Sylvester Stallone, Arnold Schwarzeneger y Jeffrey Katzenberg.