Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Dos veces breve

Una pasión extraña

Las descreencias son más complejas que las creencias. Todos los negacionismos son una forma de fe que se enfrenta a aquello que está a la vista y en lo que todo el mundo está de acuerdo. Al negacionista del cambio climático, por ejemplo, no le importa que la temperatura esté subiendo a una velocidad que no tiene precedentes en la historia de la Tierra, ni que el consenso científico mundial lo atribuya a la acción del hombre. Él tiene su fe negacionista como argumento irreductible, pues tan fe es no creer en lo que vemos como creer en lo que no vemos. Ahora bien, lo que hace compleja y distinta esta fe militante no es su irreductibilidad, sino su sentido negativo: ese negar, más que afirmar. Quizás se trate de un ejercicio secreto -hasta para el mismo sujeto- de la voluntad, que se rebela frente a las cosas-como-son, en las que ve una dictadura, una especie de superestablishment.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.