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Música Sociedad Filarmónica-Dúo La Inégalité

Un concierto de los que hace afición

E l pasado martes 22 de noviembre, día de Santa Cecilia, el Dúo La Inégalité, formado por la flautista malagueña Almudena González y acompañada al piano por la grancanaria Cristina Naranjo, ofrecieron un bonito recital en el Paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Las obras interpretadas fueron: en primer lugar las Variaciones sobre el lied Trockne Blumen 'Flores secas' en Mi menor D. 802 del ciclo La bella molinera, que el propio Schubert arregló para flauta y piano. Comienza con una introducción, a la que sigue el tema para continuar con las siete variaciones, se observan ciertas diferencias formales en la flauta respecto a la canción original, aunque se aprecia en toda la obra los respectivos afectos que Schubert quiso reflejar en 'Flores secas' como: melancolía y desesperación. Obra triste y sombría de difícil ejecución que el dúo interpretó correctamente.

Continuaron con Trois Chansons de Bilitis; selección de poemas eróticos del francés Pierre Louÿs; que cuando ya había comenzado la disolución de la tonalidad, Claude Debussy musicó en un pequeño ciclo de canciones nominadas: Pour invoquer Pan, dieu du vent d'été, Pour la danseuese aux crotales y Pour l'Egyptienne. En las que el compositor francés exhibe unas bellas melodías impresionistas que rayaban en lo atonal e interpretadas con mucha musicalidad.

Para finalizar la segunda parte el dúo ofreció el Chant de Linos del también francés André Jolivet, pieza dificilísima que compuso para el concurso de los alumnos que querían ingresar en el Conservatorio de París, es un lamento fúnebre y totalmente atonal con unas escalas endiabladas en la que las chicas cumplieron a la perfección; destacando en la flauta la parte de los pizzicati y el frulatto.

La segunda parte se inicia con las ya conocidas 7 Canciones populares de Manuel de Falla, en versión para flauta y piano, piezas de canto de distintas partes de España, distinguiéndose la Jota, la Nana y el Polo.

Pero la sorpresa vino en la obra final, la Sonata nº 2 de Salvador Brotons, también dificilísima y magistralmente interpretada que acabó con una gran ovación, hay que destacar que una pieza contemporánea y atonal, fuera la que más agradó a un publico que no llenó el recinto universitario. La flauta empleó todas sus técnicas con pizzicati, frullato y sonido multifónico donde suenan dos sonidos a la vez.

Ofrecieron una propina que fue la Serenata de Schubert, completando un concierto muy pedagógico ya que antes de ejecutar cada obra las intérpretes explicaban como era la composición.

En resumen, un bonito concierto de los que hace afición.

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