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Análisis

Francis Bacon y las Rosas

El Museo Guggenheim en Bilbao muestra una selección de medio centenar de obras en una exposición pictórica del irlandés, "Francis Bacon (1902-1990): de Picasso a Velázquez'. Pintor autodidacta, lejos de una formación académica reglada, se inspiró en los grandes pintores españoles, franceses e italianos: Picasso, Goya, Degas, Manet, Gaugin, Matisse, Toulouse-Lautrec y Braque, Van Gogh, el Greco, sobre todo, Miguel Ángel, y Velázquez. y también de escultores como Rodin. Ávido lector de Rancier, Proust, Baudelaire y Balzac.

La última vez que visito Madrid, el Museo del Prado en 1991 fue para contemplar, una vez más, la obra del pintor sevillano. Falleció tiempo después. Pintor transgresor con su pintura y su vida. Su obra creativa estuvo marcada por su determinación frente al lienzo, rara vez, realizo estudios preparatorios. Su pintura a caballo de la figuración y la abstracción, si bien el surrealismo fue determinante en su obra más temprana. Descubre su vocación artística a los diecisiete años al contemplar de Picasso "Composición (figura femenina en la playa)" en una exposición en París (1927).

Su obra estuvo directamente vinculada con sus propios espacios porque la atmósfera de los sitios, admitía," eran muy importantes para mí". Nos trasmitió que le servían para quedarse en ellos, como así ocurrió en el numero 7 de Reele News (Londres), donde residió la mayor parte de su vida. No retoco sus obras. Es mas destruyo muchas de sus obras de sus primeras décadas. Pinta la mayoría de la veces no sobre lo natural sino inspirado en la fotografía. Eadward Muybridge con su fotografía al final del siglo XIX representó el movimiento del cuerpo humano en acción que tanto inspiró sus creaciones.

Sus modelos fueron siempre sus personas más allegadas, amigos y familiares, no por un capricho, al entender que era la única manera de poder reflejar su búsqueda, la profundidad del conocimiento íntimo del retratado. En sus cabezas, sus bocas, sus orejas y sus bocas, lee y acentúa sus fortalezas de sus allegados.. Sus representaciones pintoras giran en torno a la figura humana, la sexualidad, los rostros, la vida y la muerte, y por último los paisajes y los toros. Los colores planos, los rectángulos, los cubo. Los elige para colocar a las figuras humanas en ellos para no distraer la mirada del espectador. No quiere que nada distraiga la mirada de lo central de la composición.Quería hacer una pintura que aunque hubieran varias figuras representadas no tuvieran historia, que era lo más habitual. Nuestra mayor obsesión somos nosotros mismos.

Cuando ves una rosa, por hermosa que sea, en un par de días también se muere, se le caen los pétalos. Se marchita. ¿De verdad hay tanta diferencia entre una rosa y mi obra?", pregunta el artista en una entrevista de 1979. "Es tan sólo un matiz, son diferentes puntos de vista. No sé por qué creen que elijo temas tan espeluznantes. Si tratas la emoción de la vida de un modo tan directo, a la gente le parece que tiene un lado horrible". Cuanto más conciencia se tiene de la mortalidad se es más consciente de la vida y de su crudeza marchita, sentenció. Como diría Lorca, una pintura intensa y amarga.

(*) Profesor titular de Psiquiatría de la ULL

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