La Provincia - Diario de Las Palmas

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Opinión

Folclore y folclorismo del Pueblo Canario

El sábado, 4 de agosto de 1956, se inauguraba -con un mes de retraso con respecto a las previsiones- el Bodegón del Pueblo Canario de la capital de la redonda isla. Aquel mismo día, Mary Sánchez, que tanto y tanto pisaría y cantaría por aquestos patios y taliscos, cumplía 22 añitos. Así como todos los santos tienen su octava, todas las efemérides tienen su emparejada? cosas de la vida.

Aquel había sido el glorioso año de la culminación casi total del sueño y obra de los hermanos Martín Fernández de la Torre. El 18 de julio de 1956, tras casi 17 años de trabajos se "inauguraba" (y entrecomillada va la inauguración, porque se había usado en estas dos décadas infinidad de veces para recepciones y otros eventos de postín) la extraordinaria edificación; pero claro, por mor de las casualidades de la historia, el evento llegaba cuando el Gobierno del General celebraba los veinte años del inicio de la Guerra Civil, con lo cual querían estrenos más sensacionales y excepcionales para aquel mes de julio. La municipal presidida por entonces por José Ramírez Bethencourt, conjuntamente con el Insular Cabildo, que dirigía aún Matías Vega, prepararon para la solemnidad recordatoria del "Movimiento" un conjunto casi majestuoso de cortes de cinta. En 1956, el inicio de la guerra fue recordado con un programa que hoy colocaría a cualquier alcalde en la poltrona durante tres o cuatro mandatos. Realizada la recepción en la Comandancia General de Marina, la comitiva salió al mediodía para proceder a la inauguración de las obras realizadas por el Cabildo Insular en el Internado de Niños de San Antonio; a la una, abrieron sus puertas por primera vez las Academias Municipales la Real Sociedad Económica de Amigos del País; exposición antológica de Jorge Oramas, Salón de Música de Cámara de la Filarmónica en la Banda Municipal; desde allí "en simbólica inauguración por el último trozo abierto del Paseo Tomás Morales al Pueblo Canario, que quedaría oficialmente expedito de entrada a la una y media de la tarde? Después el almuerzo de descanso de tanto pateo? ¿para terminar? No, que la cosa siguió a las cinco de la tarde con la adjudicación de las 164 viviendas protegidas, ya terminadas, del barrio de Escaleritas, y media hora más tarde la de las 196 viviendas del barrio de Schamann. Media Ciudad Alta surgió en la tarde de aquel miércoles festivo.

El séquito inaugurador no contento con todo ello terminó la jornada a las siete de la tarde en el Hotel Santa Catalina, donde una ampliación en el ala norte, nuevas dependencias en su servicio, escalera de comunicación entre las plantas 4 y 5, ampliación de dormitorios, construcción de balcones, mobiliario, etc, había remozado lo ya iniciado por Miguel Martín Fernández de la Torre una década antes. Todo gracias a un préstamo del Banco de Crédito Industrial; que las prisas tienen eso, que lo cogen a uno con el bolsillo a medias.

Para que todo aquello fuese posible los inicios de año fueron frenéticos; pero en concreto para el tema que aquí nos ocupa fue determinante el acuerdo de pleno municipal del 1 de marzo de 1956, en el que Ramírez Bethencourt dio cuenta de un proyecto específico en relación con el Pueblo Canario. Hizo constar que "estando casi terminadas las obras de la Ermita de Santa Catalina (que merecen capítulo aparte) y del Museo de Néstor (que ya han tenido este año mejores glosadores que yo), era de necesidad realizar otras en la zona baja de este último (el vestíbulo o Sala de Honor), así como en la calle Francisco González Díaz, para dar fin a la construcción en aquel lugar de tanto interés para el turismo? y como complemento al mismo, la construcción de un mesón en la planta semisótano del claustro junto a la Ermita, al cual se entrará por el patio central, pero con la condición de que la nueva obra ha de ser un fiel exponente del carácter típicamente isleño? y donde parejas a las celebraciones de julio, tendrían lugar festivales populares, deportivos y folclóricos, batalla de flores, diversos actos culturales, exposiciones de urbanismo, filatélica y numismática y ganadería. Asimismo tendrá lugar concursos de rondallas, fuegos artificiales en diferentes lugares de la capital y la actuación del Teatro de Marionetas del Retiro de Madrid, además de la participación de la Sociedad Filarmónica?.." Todo un despliegue, las cosas como son.

Ese mesón, el Bodegón del Pueblo Canario, se abrió como ya he dicho un mes más tarde pero con una fuerza inusitada. Ayudaba todo lo que rodeaba. En mayo, la Comisión Permanente municipal abrió concurso libre para la concesión durante un año, de los otros locales del Pueblo Canario "para su explotación, conforme a su destino y naturaleza": bodegón, venta de sellos, tabaco, exposición y venta de pájaros, otro para venta de flores y, al final, los dos destinados a la exposición de artesanías del país fueron adjudicados el 29 de junio. Así nacieron Flores Hesperia, Fataga, el Taller de Artesanía Lasso, El Salón de los Pájaros (con el pájaro más caro, un cardenalito de 1.500 pesetas y un lema clarito "Ahora quien se deja meter pájara por pájaro, es porque quiere", Las Flores y los célebres rótulos luminosos de Neón Aster?..

El Bodegón comenzó enseguida a rentabilizar la concesión. Sancochos, recepciones a profesores universitarios, comitivas de cualquier tipo llegadas a la Isla, fiestas de exaltación del trabajo, grabaciones de difusión turística que encontraban en el recinto un escenario hecho a medida, reuniones amenizadas con orquestas, ? y mucho más. Pero seguía faltando algo; algo "de la tierra" algo que completara aquellos fabulosos dibujos ensoñadores con que Néstor imaginó, idealizó el futuro de su "Pueblo"?.Y lo que faltaba llegó ya, con la intención de quedarse para siempre (aunque el tiempo ha demostrado que las previsiones primeras se quedan incompletas si no van acompañadas de una correcta organización de medios y recursos) el domingo, 26 de agosto de aquel mismo año, en el que "para más distracción en este pintoresco ambiente", el Bodegón comunicaba que todos los domingos a partir de entonces, de doce a dos, actuaría una rondalla típica, para hacer más agradables las visitas al recinto y que todos los que por allí recalarán se llevaran una más grata impresión de todo lo realizado. Y aunque desde 1939, grupos como la Rondalla de Guanarteme, Tamadaba, Gran Canaria, el Concurso Nacional de Coros y Danzas y otros tantos habían amenizado con cantos y bailes muchos eventos allí realizados; sería éste el momento de instauración de la costumbre que con altibajos (debidos muchas veces a las veleidades de los políticos encargados de gestionarla) ha llegado hasta nosotros.

En la actualidad son Roque Nublo, San Cristóbal, Chemida y Poliguanches, las que se reparten las actuaciones (y según muchos de los cientos de grupos que han florecido por todas las esquinas de la ínsula, también el regalo que supone el tener este sueldo fijo por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canario y el Cabildo Insular). Al formar parte de nuestra más relevante historia musical y cultural, es poco papel del que dispongo hoy para hablar y exponer los diferentes andares de estos grupos y otros más: actuaciones, estrenos, repertorios, discografía,? y la situación en la que hoy se encuentran frente a otros que, defendiendo el estar igual de preparados que ellos para difundir y dar a conocer nuestro folclore y nuestras raíces musicales, ven cierta injusticia y hasta cierto anacronismo la exigencia de la vestimenta creada por Néstor para los cuerpos de baile; así como la dependencia de las decisiones políticas y no de su dominio del baile y el toque el que puedan entrar, si así lo quisieran, en los solemnes patios prontamente remozados. En esto yo no entro directamente porque si buenos son los que pudieran entrar, buenos son también y lo están demostrando semana a semana, estos cuatro grupos que aquí menciono; que en esto de gusto, ya se sabe?

El 23 de diciembre de 2015, en el último pleno de aquel año del ayuntamiento capitalino, se presentaba la "Moción formulada por el grupo político municipal mixto, a propuesta de los señores concejales de Unidos por Gran Canaria, integrados en el mismo, relativa al "Plan integral de Recuperación del Pueblo Canario y su entorno". Don David Suárez, concejal de Unidos, defendió una urgente intervención en la ruina de las diferentes instalaciones, dependencias y eventos del edificio, del que restaba aún abierta en aquel momento el comercio Fataga de la entrañable Pepi Nadal, hoy en día también cerrado. Pasadas las vacaciones, el concejal don Pedro Quevedo anunciaba que el Pueblo Canario estrenaba desde enero un camión de comida -por la carencia del bodegón- mesas, sillas y parasoles para continuar con su actividad cara al turismo y que éstos y los visitantes del país que quisieran gozar del lugar, pudieran hacerlo en unas mínimas condiciones de bienestar y hasta de salubridad. Se programaban dos intervenciones para todo el año: "Musicando", los sábados por la noche y dependientes de doña Encarna Galván como delegada de Cultura y las actuaciones folclóricas los domingos (y fuera del recinto, otras más) dependientes de don Pedro Quevedo, como concejal de Turismo.

El 30 de diciembre de 2016, en el último pleno del pasado año del ayuntamiento capitalino, se presentaba la "Moción que formula el Grupo Político Municipal Popular para definir los usos y objetivos, reactivar y poner en valor el conjunto arquitectónico el Pueblo Canario. El mismito can en distinto escudo. Don Pablo Barbero defendió la propuesta por parte de los populares. Los concejales de Unidos intervinieron rápidamente sosteniendo lo expuesto un año antes.

Lo lamentable no es que todos estén de acuerdo en que hay que hacer algo con el Pueblo Canario. Ni que los grupos folclóricos estén a la espera de comunicación con respecto a cuándo comenzarán las obras que se realizarán con el borbotón de los 2 millones y medio de euros que traerá el Fondo de Desarrollo Canario (Fdcan) para saber qué hacer. Lo verdaderamente lamentable es que el pueblo canario es, en su mayoría, un auténtico desconocedor de este otro "pueblo canario" y de la joya que atesora en la salas de su Museo. Es una de las razones por las que ha llegado a esta situación: esa sensación de elitismo inoperante (e inexistente) con que muchas veces los políticos capitalinos han querido maquillar las paredes de esta impresionante edificación, Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento desde el 2013, y que tanto daño ha hecho a la imagen exterior del Pueblo Canario. Y no olviden tampoco los políticos que Néstor y su hermano Miguel lo crearon e idearon para el pueblo y la defensa de las raíces de lo nuestro.

Queden para otro día, conversadas escritas sobre el traje, los grupos, las tartanas o la arquitectura neocanaria.

Quedé para hoy mi petición: cuiden ese patrimonio, que no es sólo de los vecinos de Las Palmas de Gran Canaria sino de todos los canarios, rescátenlo y entréguenlo nuevamente para su uso y disfrute; con mucha cordura y mucho sentido de la responsabilidad que adquirieron cuando ocuparon -por cuatro años- los asientos del Salón Dorado de las Casas Consistoriales, que Néstor y Miguel (y su parentela) están vigilantes y la diferencia entre museo y mausoleo parece mínima pero es muy desmedida.

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