Pasadas las navidades y ya en tiempo ordinario, una soleada mañana en Teror resulta un placer para visitantes y foráneos. Las calles en estos primeros días de enero gozan de un ambiente vivo y animado. Pero no todo es perfecto en la villa mariana. En los últimos tiempos se han descubierto humedades en los techos de la basílica del Pino. La preocupación no ha hecho más que empezar. Las goteras pueden ser terribles. Y la Patrona, debajo.