La Provincia - Diario de Las Palmas

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papel vegetal

¡Repugnante!

Sólo de "repugnante" puede calificarse la decisión del Estado de Arkansas de llevar a cabo un maratón de ocho ejecuciones en solo diez días antes de que caducase una de las substancias utilizadas en la inyección letal.

Los laboratorios que la fabrican se han negado a seguir suministrándola, razón por la que el gobernador de Arkansas decidió acelerar las ejecuciones.

Se trata de un hecho sin precedentes desde que en 1902 se llevaron a cabo en ese mismo Estado y en un solo día, el 25 de julio, aunque en ciudades distintas, seis ejecuciones: las de cuatro negros y dos blancos.

Da igual que se trate, como es habitual, de asesinos o de violadores y en su mayoría, negros: la ley del talión -el "ojo por ojo, diente por diente" de la Biblia- es más propia de tiempos bárbaros que de un país que pretende dar al mundo lecciones de derechos humanos.

Estamos demasiado acostumbrados a ver las fotografías de un pequeño grupo de personas que montan guardia día y noche ante alguna de las cárceles de ese país donde va a llevarse a cabo una ejecución, exhibiendo carteles de repulsa, en los que se reclama su abolición definitiva.

Desde que el Tribunal Supremo de EE UU restableció en 1976 la pena capital van ya 1.448 personas ejecutadas en todo el país, 16 de ellas mujeres. Y en 31 de sus Estados sigue siendo legal esa barbaridad, a la que pretende apuntarse ahora también la Turquía de Erdogan.

Por fortuna, sendas decisiones del Tribunal Supremo de Arkansas y del de EE UU paralizaron esta vez las dos primeras de la tanda de ejecuciones previstas, intervención judicial que, según la prensa, disgustó profundamente al gobernador republicano y la fiscal general de ese Estado.

Ambos expresaron su grave decepción por ese bloqueo en el último momento -uno de los presos había "disfrutado" incluso de su última cena- y dijeron que seguirían luchando para que se hiciese justicia a las familias de las víctimas.

No está de más recordar que en 1992 el todavía gobernador de Arkansas y aspirante a la Casa Blanca Bill Clinton suspendió su campaña electoral para asistir a la ejecución de un preso de color condenado a la pena capital por el asesinato de un policía, decisión que contribuyó sin duda a su victoria sobre el republicano George H. W. Bush.

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