Paco Marhuenda y Eduardo Inda funcionan de maravilla como una pareja de loros Agapornis, conocidos como inseparables, aunque al contrario que en la especie ni se aman ni comparten comida, sino más bien se atacan: han encontrado la fórmula ideal para acrecentar la audiencia televisiva y crear una cúpula en la curva de televidentes. Interesa ahora el director del periódico La Razón por estar imputado en la operación Lezo por presuntas coacciones a Cifuentes a partir de los correspondientes pinchazos policiales, si bien él, en su defensa, arguye que sólo trataba de ayudar a un amigo desesperado. En esto de la trama que denuncia Podemos faltaba ponerle rostro al periodista que vibraba entre políticos y empresarios, y hasta que el juez diga lo contrario el manchado por la cagarruta corrupta no es otro que el doctor y profesor Paco Marhuenda, que lo es sobre algo de la ciencia jurídica en la Juan Carlos I de Madrid. Hay que situarlo en la puerta giratoria más pura entre periodismo y política, pues ha ejercido como tal con la UCD y el PP. No nos extrañemos de que este fin de semana vuelva a estar en su tertulia televisiva para sacarle rendimiento a su comparecencia ante el juez. Sus opiniones, planteadas con descaro y sin atender a la corrección, mueven la centrifugadora de la política espectáculo, y lo que es más, su perfil contra todo que se mueve a la izquierda le ha granjeado la condición de suministrador del chute inevitable para mantener la tensión: los otros contertulios entran irremediablemente en su juego. No sabemos si estas dotes de comunicador en la era de los populismos, perfecto para echar la semilla del ensalzamiento, le sirven para declarar ante el juez. ¡Ah! Como viene siendo habitual en cualquier grabación de trascendencia profirió el calificativo de "zorra" contra una de la denostadas y cercana a Cifuentes.