En el año 2014, el turismo representó el 9% del P.I.B. mundial, superando la cifra de 6.000 millones de turistas de los que uno de cada cinco tiene como destino un país diferente del de origen. Los viajes y el turismo emplean a más de 230 millones de personas, alrededor del 8% de la población laboral en el mundo. Se estima que por cada puesto de trabajo directo en este sector se crean 1,5 puestos de trabajo indirectos, según el Programa para la Naciones Unidas sobre Medioambiente del año 2011 (Pnuma, 2011).

Este programa estableció que el desarrollo del turismo, bien planifi-cado, puede mejorar la economía local y disminuir la pobreza, pero reconoce que el crecimiento del turismo ha supuesto grandes dificultades, como las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), consumo de agua, etc.

Hay que partir de una idea: un territorio no nace siendo un destino turístico, un territorio se transforma en un destino turístico porque cuenta con algunos atractivos, naturales o artificiales. La actividad turística provoca esta transformación con cambios internos estructurales en el territorio, necesariamente ligados a la movilidad de personas y al transporte de mercancías.

Así pues, hay dos factores que condicionan la aparición del turismo en un lugar concreto, supuesto el atractivo potencial del territorio: la capacidad de alojamiento y la capacidad de transporte, para que los turistas puedan viajar a un destino turístico y para pasar la noche. Estos límites pueden modificarse por la acción humana a través de la construcción de nuevas camas turísticas y la ejecución o ampliación de nuevas infraestructuras de transporte. Dependiendo de la dimensión del sector turístico, habrá movilidad de personas y transporte de mercancías. Esto significa que cuanto mayor sea la capacidad de movilidad y transporte, en términos cuantitativos, mayor será la capacidad del sistema turístico. Sin embargo, la capacidad máxima del sistema turístico tiene otro límite: la capacidad de carga turística será un factor que limite un sistema de turismo sostenible, siempre que este turismo se sustente en destinos turísticos sostenibles.

No hay turismo sin movilidad de personas y, en el grado de desarrollo del sector en la actualidad, el turismo apenas se sostendría sin comercio internacional. Un destino turístico interactúa fuera del territorio que lo alberga debido a la movilidad de las personas y al transporte de mercancías, modificando su capacidad de carga. Establecer si los límites naturales al crecimiento de un destino turístico están en el territorio en el que se inserta este destino turístico, o si están fuera de sus fronteras, es una cuestión principal.

El comercio internacional permite trasladar la capacidad de carga de los territorios, produciéndose impactos ambientales alejados del lugar donde finalmente se realiza el consumo, en un fenómeno conocido como descontextualización

Aparece una paradoja: a mayor volumen de movilidad, mayor será el potencial de desarrollo de un destino turístico, pero un exceso de movilidad y transporte asociados a un destino turístico puede llevar aparejado un deterioro que alterará el atractivo de los valores por los que inicialmente fue visitado, transformando su esencia y, posiblemente, destruyéndolo.

Deben considerarse dos fases en la movilidad asociada a un destino turístico: en primer lugar está la necesaria conectividad entre los mercados emisores de turistas y el destino turístico y, por otra parte, la movilidad que se realiza en el propio destino turístico. La capacidad de movilidad origen/destino implica una restricción del destino propio ya que es necesario la existencia de caminos con capacidad adecuada para que la demanda puede ser satisfecha. La movilidad en el destino está entrelazada con la capacidad de carga del destino y, más específicamente, con el modelo de desarrollo turístico que se pretende aplicar.

De este modo, la sostenibilidad del sector del turismo tiene una base importante en la sostenibilidad del sistema del transporte que lo sustenta ya que sin transporte no hay turismo. El sistema de transporte, para su funcionamiento, debe de ser abastecido de recursos materiales en forma de infraestructuras, vehículos y energía. Al mismo tiempo, el sistema de transporte genera residuos: por una parte las infraestructuras y los vehículos que quedan obsoletos y que necesitan de su tratamiento en vertederos especializados y, por otra parte, la emisión de gases de efecto invernadero que figura como uno de las causas del cambio climático.

Dos son las cuestiones básicas que deben ser analizadas para responder al "papel de la movilidad asociada a la sostenibilidad de los destinos turísticos", en la escala global:

1 ¿Hay recursos suficientes para considerar sostenible el sistema de transporte en el que se basa el turismo?

2 ¿Somos capaces de gestionar los residuos generados por el sistema de transporte en el que se basa el turismo?

En cuanto a las Islas Canarias, debe analizarse la capacidad de su oferta alojativa, la capacidad de la oferta de transporte asociada al destino, la relación con la ordenación del territorio, la huella ecológica generada y la capacidad de carga y las causas que provocan que Canarias debiera tener 26 veces su tamaño para poder producir los recursos consumidos en su actividad diaria (Fernández La Torre y Díaz del Olmo, 2011).

Por lo que otras dos preguntas deben ser respondidas desde el análisis del ámbito local:

3 ¿Existe relación entre la movilidad de los turistas en destino y la capacidad de carga turística?

4 ¿Es sostenible, a nivel global, la existencia de destinos turísticos como Gran Canaria?

La cuarta pregunta es la principal pues es la que, a la postre, significa la sostenibilidad de un destino turístico ya que ha de entenderse que un territorio deficitario sólo puede sobrevivir cuando toma recursos de otros lugares. Que el destino final de esos recursos sea ese territorio deficitario o cualquier otro dependerá qué es lo que ese territorio es capaz de ofrecer como trueque. En el caso de las Islas Canarias es el clima y otros bienes de difícil intangibilidad.

Julio Rodríguez Márquez. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos