Algo no funciona. Con una tasa de paro del 25,7%, y del 46,4% entre los veinteañeros, resulta como poco sorprendente que ayer las calles del Archipiélago no se colapsaran con multitudinarias manifestaciones por el Día Internacional de los Trabajadores. O el pasotismo es generalizado o simplemente que ni los parados ni quienes sí fichan cada día en sus puestos de trabajo se sienten representados por unas centrales sindicales que están ancladas en el tiempo. La desconexión es evidente.