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EL CALLEJÓN DEL GATO

La otra memoria de Fernando Suárez González

Hace pocas fechas haciendo zaping en televisión me di de bruces con una tertulia donde el otrora ministro de Franco analizaba en una entretenida conversación la situación actual de la política española y los riesgos que la acechan por desconocimiento de la propia historia.

Atrás quedaron aquellos años, cuando apenas yo contaba veintipocos abriles donde tuve el privilegio de asistir con mi padre a algunos de aquellos almuerzos en Salvador de la bcalle Barbieri en Madrid en compañía del recientemente fallecido José Utrera, Utrerita, junto a Alfonso Osorio, Rodol-fo Martín Villa, Sabino Fernández Campo, Enrique García Ramal, entre otros protagonistas de la Transición española tan denostada en estos tiempos por desconocimiento más que por otra cosa.

Era enormemente ilustrati-vo escucharles comentar, a aquellos que protagonizaron el desmantelamiento del viejo régimen, no sólo los discursos de Ortega, Ramon y Cajal, In-dalecio Prieto, Azaña y hasta de Largo Caballero, sino analizar lo que supuso la II República en el devenir de la España del año 36.

La mayoría de las nuevas generaciones desconoce la historia, más bien tiene la malintencionada información por parte de aquellos que pretenden echar por tierra los tiempos de reconciliación, cuando en los 70 los verdaderos protagonistas de aquellos infaustos momentos en que nos matábamos a tiros, sí lo hicieron, Tarradellas, Prats, Santiago Carrillo, Marcelino Camacho y un largo etc. Todos fueron capaces, viniendo del exilio desde distintos lugares del mundo, de darse la mano y construir un futuro en paz y concordia para romper con lo que parecía la tendencia inevitable de los siglos diecinueve y veinte en los que se iba a trompicones de guerra civil en guerra civil.

Es lamentable el desconocimiento de la historia que muchos de nuestros representantes políticos tienen por falta de interés más que por otra cosa unos y por dejarse llevar por aquellos que retuercen la historia hasta hacerla confesar aquello que les interesa por oscuros intereses inconfesables.

Siempre he pensado que una de las principales causas del fracaso de la II República fue el empecinamiento de algunos en excluir a la derecha a través de un golpe de estado encabezado por Largo Caballero para institucionalizar la dictadura del proletariado.

Solo podremos afrontar el futuro desde la cultura y el conocimiento que es la mejor vacuna, en una sociedad moderna y desarrollada, para que los más jóvenes sean la garantía de un país en paz en el que el respeto, la tolerancia y la justicia social imperen por encima de aquellos que quieren llevarnos a repetir pasajes de nuestro más siniestro pasado.

La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser. José Ortega y Gasset.

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