Una brocha gorda puede cambiar un latido literario. El operario semiágrafo se lía con la cita grabada en el monumento en la Plaza de la Feria de Victorio Macho en homenaje a Pérez Galdós, y se come el sentido y una profundidad de la prosa que data de 1897. Uno no da crédito al error que circula por el cemento. No llega a ser como la restauración en modo ecce homo, pues no se conocen aspiraciones artísticas del autor. La profesora María Isabel García Bolta se espanta ante la sintaxis destrozada: "i como la noche nace" (¿?) arranca la cita. Y en otro punto, a la mitad, un pufo: "fiel de balance" (¿?) Me pasan el original de siempre: "Así como de la noche nace". Y prosigue: "fiel de balanza". La fraseología violada recorre las redes sociales y durante unas horas -más bien unas largas horas- el discurso alterado del escritor pasa a ser un inédito: fue una estructura gramatical sin sentido. Un inicio en castellano antiguo, y más adelante un concepto económico, "el balance", algo que no se le dio bien a Galdós, que se metió en negocios estériles, mantenía mujeres a varias bandas, y al final optó por empeñar sus cosillas. Mejor "fiel de balanza", más acorde con su ser. Lo relevante es que se ha producido una corrección exprés , ha sido como el diccionario automático del Word, ¡cagando leches! Hubiese sido muy alambicado que el repaso de pintura al discurso de 1897 errase para quedar en el tiempo, sin que ningún paseante, estudiante, académico o aficionado se hubiese percatado de la licencia del pintor. ¡Galdós corregido por el trabajo del que cree o piensa que atina, que ve una sombra en el fondo de la losa que le lleva a pensar en una posible grafía, en una supuesta letra! Tampoco ha sido para tanto. Hemos asistido a un grafiti, a un juego artístico-literario, a un Juan Hidalgo, a un ZAJ donde el discurso perdió autoridad.
