Hagamos balance. Hace ya algunos días desde que la temporada del Gran Canaria llegó a su fin. Unas horas que han servido para poder analizar con más poso y detenimiento lo que ha conseguido el equipo en esta campaña 2016-2017. Allá vamos con ello.

Para eso hay que acudir al principio. Resulta que en verano García Reneses decidió no continuar en el banquillo amarillo, algo que no es un asunto menor: Aíto es y será uno de los más grandes de esto que se llama baloncesto. La papeleta que tenía el Gran Canaria en ese momento era importante. ¿Cómo sustituir a alguien como Aíto sin que su sombra se convirtiera en algo demasiado grande?

Y ahí ha dado en el clavo con el mago Luis Casimiro, que ha conseguido mejorar al Gran Canaria. Los números, los récords y los hechos, aunque no lo son todo, pocas veces mienten. Para empezar, con Casimiro cayó el primer título para la historia del club: la Supercopa. Da igual que sea al principio de la temporada o que digan que es un título menor. Un título siempre es eso: un título.

Una Supercopa ya es un hecho contundente. Pero es que vamos más allá porque el Gran Canaria de Luis Casimiro obtuvo el mejor porcentaje de victorias en la ligar regular en toda su historia. El asunto del Granca y los récords no solo se quedó ahí. Nunca en toda su vida, los claretianos habían tenido una media anotadora como la que logró este año (84,69 puntos). Solo el Real Madrid pudo mejorar la anotación media del Gran Canaria este curso.

Seguimos con más. El Gran Canaria de Luis Casimiro se mantuvo invicto ocho jornadas consecutivas, un hecho que solo pudo repetir el Real Madrid. Y es que la retahíla de récords da para más.

Porque si atacar no fue un problema para el Granca, tampoco lo fue defender. Ningún otro equipo de la ACB consiguió recuperar más balones que Luis Casimiro y los suyos.

Es también el único equipo de los 16 de la Liga Endesa que pasaron por la cancha del Real Madrid que salió con una victoria en su bolsillo. Que conste que hablo del Madrid no por mi filia inevitable, sino porque es finalista de la Liga por sexto año consecutivo, llevaba quince meses sin perder en ACB en su parqué y llegaba a ese partido como campeón de la Copa del Rey. Dicho queda.

Luis Casimiro ha hecho un equipo humano formidable, algo que se siente en la cancha. Pero también ha conseguido dotar al Granca de un equilibrio entre el ataque y la defensa que tiene su sello propio. Los números le dan la razón.

No hay que olvidar que esta temporada que ha terminado es la primera con Casimiro al frente, con un cambio de guardia en el banquillo que aún puede mejorar. Sería injusto quedarse solo con ese triple que no entró de Kyle Kuric en el tercer partido de cuartos ante el Baskonia. Un lanzamiento que hubiera puesto al Gran Canaria en semifinales. Porque la visión de la temporada del Gran Canaria debe ser más global.

Recuerdo que me aplicaba una frase en la época donde jugaba en el CB Canarias que decía: "Vamos a salir a quedar primeros". El Gran Canaria, en parte, ha hecho eso. Los cuatro equipos que están arriba manejan unos presupuestos notables, mayores que los del Herbalife. Es cierto que no todo se puede reducir al dinero, pero evidentemente ayuda.

Lo lógico es que el Granca se quede en el lugar donde se ha quedado; lo ilógico sería que acabara siempre en una final. Aún así esta temporada me vale para encarar la que viene con la misma ilusión de ver al Gran Canaria más cerca de abrazar esas cosas ilógicas. Hazañas que llegan en base a las prestaciones que pueda tener este equipo, desde los jugadores que lleguen este verano -un punto fundamental- a la organización de los viajes desde la insularidad. El paso adelante del Granca se palpa. Otro paso más al frente como se ha dado este curso en el año I de Luis Casimiro.