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CARTAS A GREGORIO

Manuel Ojeda

Vidas ejemplares

Querido amigo, en el reino animal, solo los más fuertes están llamados a perpetuarse en la especie, y es el macho alfa el que asegura que las hembras transmitan su ADN.

Pero, ¿quién es el macho alfa entre los humanos...? ¿Qué clase de persona es la que puede imponer su fuerza para transmitir sus genes?

Los individuos que detentan hoy el poder y ejercen su dominio sobre los demás, no parecen ser los más indicados para perpetuar nuestra especie sino, más bien, todo lo contrario.

Atendiendo a la opinión general, el presidente norteamericano Donald Trump es uno de los seres humanos más poderosos del mundo, lo cual le convierte de facto en macho alfa.

A este caballero le tendremos que deber la renovación de la industria armamentística internacional y el florecer de nuevos conflictos bélicos, así como agradecerle su decisión de que sigamos tragando los gases cancerígenos que nos proporcionan generosamente sus combustibles fósiles. No sé hasta cuándo vamos a disfrutar de este h. de p., y no lo digo más alto porque están los niños durmiendo...

Pero no se trata solo de Trump, en todas partes tenemos que soportar a estos personajes al frente de gobiernos y grandes empresas. Así que, vaya futuro que nos espera.

Luego, si se te ocurre decir que Gandhi o Teresa de Calcuta deberían ser el modelo de persona que tendríamos que imitar, te tildan de lunático.

El poder en la raza humana no está asociado a la razón, la honestidad o a la integridad de las personas, está más relacionado con las habilidades de unos pocos para manipular a los otros y ponerlos a su servicio.

Son ellos los que se ocupan de preñar a nuestras hembras para reproducirse, así que, a más de uno habría que castrarlo para ase- gurarnos de que no deje descendencia...

Seguro que te acordarás de "Vidas Ejemplares", aquellas historietas publicadas por Editorial Novaro en los años cincuenta. Por sus páginas pasaron santos y mártires de todo el mundo.

No sé quiénes serían los santos de hoy, Gregorio, pero sí los millones de mártires que por una u otra razón se reparten por todos los países del mundo, el de los fieles y el de los infieles, cada uno con su dios, su cielo y su infierno. Al final, todos venimos y vamos de o hacia el mismo sitio.

El pasado 2 de junio y con motivo del Día de las Fuerzas Armadas, surcaron nuestro cielo cazas del Ejército del Aire, y por un momento los aviones produjeron tal estruendo que muchos vecinos salimos a la calle con el susto metido en el cuerpo. El trueno solo duró unos pocos minutos, así que, imagínate lo que será soportar el ataque de bombarderos supersónicos soltando misiles sobre tu cabeza como está pasando en el Medio Oriente.

Los recientes atentados terroristas de Londres y París, han puesto en vilo a la población mundial y también, aunque en menor medida, los que se suceden a diario en Irán, Siria o Paquistán.

La ONU, la OTAN o la Unión Europea son estructuras gigantescas dedicadas a la defensa de los países, pero no hay organizaciones similares que se dediquen a defender los derechos de las personas.

Pero, esa es la situación que estamos viviendo, y aunque nos quejamos, nadie hace nada pa- ra que cambie. ¿Qué tiene que pasar para que pase algo, Gre- gorio...?

Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.

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