Hace un par de años Patricia Hernández apostó por Eduardo Madina y ganó Pedro Sánchez gracias a la oligarquía del PSOE, en cuyas retortas se crio y prosperó. Después Hernández se posicionó junto a Susana Díaz y Sánchez volvió a ganar acusando a la dirección del PSOE de haberse convertido en una oligarquía despiadada. Entre ambos jamás insistió una buena sintonía. El actual secretario general del PSOE sostenía que antes de aspirar a presidir un Gobierno convenía, al menos, haber sido concejal. Hernández compartía chismes y chistes sobre Sánchez, su gestualidad robótica y sus supuestas amistades derechonas y opusdeístas en la Universidad Camilo José Cela. Más allá de las antipatías personales los sanchistas consideran que Patricia Hernández está carbonizada como candidata a cualquier cosa después de haber cogobernado con Coalición Canaria, sin que eso signifique que no se pacte de nuevo con CC en el futuro. El relato que Hernández y sus fieles habían construido a posteriori -nos echaron del Gobierno porque éramos demasiado progresistas y los coalicioneros derecha pura y dura y sin alma- no les parece demasiado vendible. Porque, obviamente, ¿por qué te pusiste a gobernar con esa aterradora derecha criminógena? Y peor aún, ¿cómo esperaste que te apartara del Gobierno? Definitivamente los compañeros de la dirección federal no apuestan por Patricia Hernández, que cuenta con una amplia base de apoyos en Tenerife -la isla en la que el PSC conserva más poder y militantes- pero pocos fuera de ella.

Sí, Ángel Víctor Torres es el bienamado. Se valora su pachorruda lealtad al partido. Sus escasísimas aristas personales y políticas. Su condición de dirigente socialista grancanario frente a un poder autonómico durante demasiados años demasiado blanquiazul. Su experiencia como muñidor de gobiernos de coalición de izquierdas (PSOE, Podemos, Nueva Canarias) en el Ayuntamiento de Las Palmas y en el Cabildo insular. Torres, quien apoyó muy discretamente la opción de Pedro Sánchez, es la opción perfecta para la Secretaría General del PSC-PSOE, pero no es, en absoluto, toda la opción, sino una parte de la fórmula. Si todo sale bien preparará el camino para el candidato presidencial de los socialistas a las elecciones autonómicas de 2019: Héctor Gómez, diputado regional y presidente de la comisión gestora del PSOE tinerfeño.

Los sanchistas metropolitanos insistieron en animarle para encabezar la organización canaria, pero sus dudas sobre una salud aún delicada y la precipitación de Patricia Hernández en proclamar su candidatura lo impidieron. Pedro Sánchez lo ha incorporado al comité ejecutivo federal como secretario de Relaciones Institucionales, pero tiene encomendada otra misión: controlar el proceso de cambio (o reconversión) del PSOE en Canarias y ejercer como embajador plenipotenciario del líder renacido en el Archipiélago. Gómez es solvente y ordenado, dispone de una sólida experiencia municipal pero ha sabido construirse una visión política regional, y es amigo de Pedro. Muy amigo. Y Pedro ha decidido que el futuro pase por su mirada clara y tranquila.